El día de hoy Gaby Vargas nos habla de uno de los aforismos más famosos de la antigu00fcedad griega, "Conócete a ti mismo" y ahora comprendo por qué. Nos exige responder a las preguntas difíciles de la vida: quién soy, de dónde vengo, a dónde voy. Y eso significa penetrar la tierra y encarar con valor las situaciones límite, que seguro (esperemos) nos harán crecer.
Creemos conocernos: jajaja, ¡sí, cómo no! Si alguien nos pidiera describirnos, podríamos ufanarnos, decir que tenemos excelentes cualidades: afabilidad, serenidad, simpatía, ingenio, eficacia y demás. Y que buscamos la superación, el crecimiento, la cultura, la espiritualidad con gran afán; claro, siempre y cuando todo en nuestra vida se encuentre acomodado.
Pero, ¿Quieres en verdad conocer a la persona frente al espejo? Ponla en una situación de estrés o que amenaza aspectos vitales, ya sea emocionales o físicos, como el amor, la familia, la salud, la estabilidad económica, la seguridad, el trabajo, la paz social y demás valores que decimos apreciar, y verás quién realmente es.
Ante el estrés, el temor y la emergencia, la vida nos arranca las máscaras prefabricadas para cada papel y situación. Es en la desnudez que revelamos nuestro "pequeñísimo yo", tan sombreado, carente y limitado. Incluso hay quienes sólo les basta una dosis de "poder" para mostrarlo, pero ese es otro tema.
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