En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, estar al día con herramientas digitales es casi un requisito universal en cualquier empleo. Sin embargo, existe un fenómeno que está avasallando a las nuevas generaciones y es el llamado Tech-shame o ‘vergüenza digital’, pero ¿qué significa?
Aunque se podría pensar que los jóvenes, considerados nativos digitales, tienen ventaja en el manejo tecnológico, la realidad es que no todos están igualmente preparados y es ahí cuando surge el tech-shame, que pone a los jóvenes de la Generación Z en aprietos.
¿Qué es Tech-shame?
Este término se refiere a la sensación de frustración y vergüenza que experimentan los jóvenes al no poder utilizar herramientas tecnológicas que se consideran básicas, ¡así es! A pesar de estar inmersos en la tecnología, en realidad carecen de conocimientos de herramientas tecnológicas básicas.
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Con estas nos referimos a impresoras, escáneres o incluso programas de ofimática. A pesar de haber crecido rodeados de dispositivos digitales y de ser considerados nativos digitales, muchos jóvenes se sienten inseguros y poco preparados para enfrentar ciertas situaciones tecnológicas en entornos laborales o académicos.
Y aunque asumimos que la Generación Z conocía algunos procedimientos por el simple hecho de nacer en esta época, en la práctica la realidad es otra.
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¿Cómo afecta el Tech-shame a la Gen Z en el ámbito laboral?
Las expectativas injustas de que los Gen Z deben saberlo todo, los hace víctimas de comentario que los pueden afectar en diversos ámbitos y principalmente el laboral, lo que puede ocasionar consecuencias como:
- Ansiedad y estrés: Las personas afectadas temen cometer errores tecnológicos frente a sus compañeros o superiores.
- Resistencia al aprendizaje: En lugar de pedir ayuda, algunos evitan tareas que involucren tecnologías que no dominan.
- Aislamiento profesional: El miedo al juicio puede llevar a los empleados a evitar colaboraciones o iniciativas que requieran habilidades digitales.
Recuerda que el tech-shame es un fenómeno emergente que surge de la vergüenza o inseguridad que sienten algunas personas al no dominar ciertas tecnologías. Esto afecta especialmente a las nuevas generaciones en entornos laborales, donde las competencias digitales son clave, por ello, es importante estar siempre dispuestos a aprender y, por otro lado, a enseñar para que este fenómeno sea cada vez menor.