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Esta es la trágica historia de amor detrás del significado de la flor del cempasúchil

Se acerca el Día de Muertos y con él los olores y colores de la flore de cempasúchil, pero tienes que conocer la leyenda

La leyenda dice que mientras exista la flor de cempasúchil y haya colibríes en los campos, el amor de Huitzilin y Xóchitl perdurará por siempre.
La leyenda dice que mientras exista la flor de cempasúchil y haya colibríes en los campos, el amor de Huitzilin y Xóchitl perdurará por siempre.Créditos: Canva
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La celebración del Día de Muertos es una de las más importantes a nivel nacional, y en medio de los altares y los panteones no puede faltar la flor de cempasúchil, pero ¿conoces la leyenda que encierra esta planta decorativa?.

Se dice que hace mucho tiempo existieron un pareja de pequeños que se conocieron desde su nacimiento, la niña se llamaba Xóchitl y el niño Huitzilin. 

Ambos compartieron infancia, crecieron juntos y al final su amistad se convirtió en un dulce y tierno amor juvenil. Tanto era su cariño que un día decidieron subir a lo alto de una colina en donde el Sol deslumbraba con particular fuerza, pues se sabía que allí moraba el Dios del Sol.

Hicieron todo ese largo camino sólo para pedirle a Tonatiuh que les diera su bendición y cuidado para poder seguir amándose. El Dios del Sol al verlos tan enamorados, bendijo su amor y aprobó su unión. 

¿Qué pasó con Huitzilin?

Desafortunadamente la tragedia llegó a ellos de forma inesperada cuando Huitzilin fue llamado a participar en una batalla para defender a su pueblo, y fue así como se separaron para que él marchara a la guerra. 

Después de algún tiempo, Xóchitl se enteró que su amado había fallecido en el campo de batalla. Su dolor fue tan grande que rogó con todas sus fuerzas a Tonatiuh que le permitiera unirse a él en la eternidad. Este, al verla tan afligida, decidió convertirla en una hermosa flor, así que lanzó un rayo dorado sobre ella, y en efecto, creció de la tierra un bello y tierno botón, sin embargo, este permaneció cerrado durante mucho tiempo.

Un buen día un colibrí atraído por el aroma inconfundible de esta flor llegó hasta ella y se posó sobre sus hojas. Inmediatamente, la flor se abrió y mostró su hermoso color amarillo, radiante como el sol mismo, era la flor de cempasúchil, la flor de veinte pétalos, que había reconocido a su amado Huitzilin, el cual había tomado forma de colibrí para poder visitarla. 

Así, la leyenda dice que mientras exista la flor de cempasúchil y haya colibríes en los campos, el amor de Huitzilin y Xóchitl perdurará por siempre.