OPINIÓN SERGIO ALMAZÁN

La lengua floja de Xóchitl

A un mes de las elecciones, el nivel de debate, propuestas y calificativos resultan relevantes en la construcción del lenguaje con perspectiva de género.

Tenemos dos mujeres en el puntero de la contienda.
Tenemos dos mujeres en el puntero de la contienda.Créditos: Cuartoscuro
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Por lo significativo que resulta este proceso electoral donde tenemos dos mujeres en el puntero de la contienda, la atención y los dichos resuenan con mayor fuerza. Es por ello, que el lenguaje, nivel de debate, propuestas y calificativos resultan relevantes en la construcción del lenguaje con perspectiva de género política; frases como “narcocandidata”; “candidata de las mentiras”; “no tienes corazón” o la dama de hielo, no son sólo ocurrencias y tener la lengua floja como afirmó Xóchitl Gálvez, cuando en un noticiero le cuestionaron sobre su dicho de “narcocandidata atribuido a su contrincante presidencial: Claudia Sheinbaum. El fondo es más que una ocurrencia, representa una difamación –de no poder comprobarlo–; violencia sistémica machista y reproducción de los discursos misóginos que en nuestra cultura ha costado tanto daño a las mujeres. De ahí lo preocupante de estos “dichos lengua floja” de la candidata por la coalición PRI-PAN-PRD.

“Yo si soy una persona, no soy una máquina alguien diseñó para ser candidata a la presidencia, […] A mí no me pueden demostrar que yo soy corrupta, por eso le dije eso narcocanditada”. Así lo declaró la candidata de la oposición y a una semana de lo dicho no hay ninguna denuncia, ninguna prueba, ningún documento que haya presentado Gálvez que sostenga su dicho. Y su silencio expresa una forma demeritoria de hacer política o repetir el esquema sistémico de degradación a los discursos y debates.

Las ocurrencias, son muy costosas en la construcción de un nivel inteligente de debate y de nuestra tan frágil vida democrática y política del país, a su vez deteriora las propuestas, la integridad de las mujeres candidatas que en adjetivaciones desvían el fondo de la crisis social que vivimos en nuestro país. No es un asunto sencillo ni ligero los señalamientos de ambas candidatas cuando no hay pruebas y denuncias. Esas prácticas de “lengua floja” puede crear un efecto contrario ante el electorado que rebaja a la más simplona, violenta y difamatoria ideología para hacer campaña y hacerse llegar votos.

Pensar que en política se vale todo, es reducir las propuestas a descalificaciones, es cruzar la línea entre la crítica a la descalificación y la calumnia. Y lo que se espera de las mujeres candidatas es un nivel profundo, reflexivo y de sororidad de género en un mundo machista de la violencia y la difamación como forma de poder masculino. Ni la indiferencia ni la ocurrencia agresiva construyen nivel en la contienda. Como tampoco, la mentira o la heroicidad imposible de promesas sin fin son saludables para un dividido pueblo enardecido por la mentira, la impunidad y la violencia. Abonar en estos rubros no da certeza ni enfatiza preferencias, destruye posibilidades de encuentros entre ideologías y posturas. 

Son 20 días los que nos restan de campaña, un debate más y hay que prestar atención en rumbo y la forma que toman los señalamientos, los dimes, las ocurrencias y el aumento de difamaciones o violencia de género que las dos candidatas se propinan como estrategia de voto. Sin que haya una clara y realista propuesta que atienda las necesidades de su electorado, plural, diverso e inequitativo.

Abramos la discusión: @salmazan71