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En entrevista para MVS Noticias con Ana Francisca Vega, Fernanda García, directora de Sociedad Incluyente del IMCO, habló sobre que la presidenta Claudia Sheinbaum presentó al Senado de la República iniciativas para ampliar los derechos de las mujeres.
Uno de los puntos centrales de este conjunto de reformas es el cierre de la brecha salarial entre hombres y mujeres, una meta que García considera fundamental, pero cuya implementación podría quedarse en lo conceptual si no se establecen mecanismos claros y efectivos.
Reforma constitucional y la brecha salarial entre hombres y mujeres
Uno de los aspectos más destacados de estas iniciativas es la reforma constitucional que busca garantizar que "a trabajo igual, salario igual". Aunque esta propuesta ha sido recibida como una señal positiva, García expresó ciertas reservas sobre su verdadero impacto.
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"Esto ya está en la Ley Federal del Trabajo, pero se busca elevar a rango constitucional. Sin duda es una buena señal, pero pareciera que nada más va a ser una buena señal, porque ¿cuál es la diferencia o qué diferencia va a ser en la práctica, si esto ya está en una ley y de todas maneras existe una diferencia en el ingreso de los hombres y las mujeres?".
La experta subrayó la necesidad de un enfoque más práctico para cerrar la brecha salarial, señalando que, aunque la legislación es importante, lo fundamental es su aplicación en el mundo real. Las diferencias salariales son más evidentes en ciertos trabajos, pero en sectores como el corporativo o en consultorías, medir la igualdad salarial es más complejo.
Uno de los principales retos que enfrenta la reforma es cómo definir y medir en la práctica la igualdad salarial, especialmente en empleos donde los resultados no son fácilmente cuantificables.
"Una persona ensambla 88 coches, pues le vas a pagar lo mismo a un hombre y una mujer, pero hay trabajos en el mundo corporativo, en las consultorías, en los servicios profesionales, por ejemplo, donde esto es muy difícil de aterrizar. Entonces, pues esos mecanismos que necesitarían los centros de trabajo para definir qué significa trabajo igual a salario igual, sería uno de los primeros pasos".
Este tipo de ejemplos demuestran la dificultad de aplicar la igualdad salarial en ciertos sectores. El desafío radica en crear métodos efectivos que permitan medir y garantizar la igualdad de remuneración en trabajos que dependen de habilidades difíciles de cuantificar, como la creatividad o la gestión de equipos.
La responsabilidad del Congreso en la implementación
Otro de los puntos importantes de la reforma es el rol que jugará el Congreso en su implementación. Según las disposiciones actuales, el Congreso tendría un plazo de 90 días a partir de la entrada en vigor de la reforma para establecer las obligaciones y mecanismos que permitirán su cumplimiento gradual. La experta apuntó que, aunque este paso es esencial, el proceso aún está en una fase inicial y requerirá un seguimiento detallado.
"Por ahora el Congreso, si se pasa la ley como está, es quien tendría la responsabilidad de delimitar cómo se va a medir en la práctica", afirmó Fernanda García, dejando claro que el éxito de estas reformas dependerá en gran medida de cómo se diseñen e implementen los mecanismos de seguimiento y control.