En México, existe un panteón dedicado a depositar los restos de los narcotraficantes más famosos del país, se trata de Jardines del Humaya, ubicado en Culiacán, Sinaloa.
Es un excéntrico panteón que se caracteriza no solo por albergar los restos de los capos, sino por su construcción y diseño con secciones premier, donde se simulan viviendas de lujo alrededor de las tumbas.
En el panteón se encuentran los restos de capos como Ignacio Nacho Coronel, Arturo Beltrán Leyva; familiares y sicarios que trabajaron para Joaquín El Chapo Guzmán e Ismael El Mayo Zambada, Rafael Caro Quintero o El Güero Palma, entre otros.
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La tumba más cara corresponde a Arturo Guzmán Loera alias El Pollo, del Cartel de Sinaloa; hermano del Chapo Guzmán; está valuado en un millón 200 mil dólares.
Algunas construcciones de las tumbas, simulan iglesias, casas o templos que son hechos con mármol, cantera u otro tipo de materiales de lujo.
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El panteón que se convirtió en un lugar turístico
Aunque se dice que la entrada a Jardines del Humaya es controlada por los guardias de seguridad, muchas personas vienen a este panteón, porque representa un espacio de historia y turismo, ya que demuestra el poder de los narcotraficantes después de la muerte.
Otro ejemplo de las excentricidades de estas tumbas, son la de Inés Calderón quien fue un reconocido jefe del narco en la década de 1970 y 1980; se dice que su tumba tiene un valor de 550 mil dólares.
Mientras que la tumba de Amado Carrillo Fuentes, El señor de los Cielos, cuenta con una capilla con capacidad de 50 personas en la que se realizan servicios religiosos y vale 490 mil dólares.
Estas construcciones representan el poder económico, social, y político de los grupos criminales en México.