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Mujer busca cubrir tatuaje mal hecho y todo sale mal: FOTOS

Nada resultó como lo había planeado, pues la usuaria en redes explicó que el tatuador nunca siguió sus indicaciones.

Ilustrativa, mujer cuenta cómo se arruinó la piel con un segundo tatuaje.
Ilustrativa, mujer cuenta cómo se arruinó la piel con un segundo tatuaje. Créditos: Pixabay
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Realizarte un tatuaje no es una decisión para tomar a la ligera, una vez marcada la piel será muy difícil borrar la marca que, para bien o para mal, decidiste hacer en determinado momento de tu vida. Está de más decir que hay que pensar más de dos veces qué es lo que plasmarás en tu cuerpo, o te pasará como a esta chica que cometió el mismo error dos veces, pues quiso arreglarse un tatuaje mal hecho con otro aún peor.

Una chica en redes sociales manifestó su descontento por un par de tatuajes que no fueron de su agrado, y por si fuera poco, compartió las fotografías del primer y segundo dibujo en su piel. El relato pronto se viralizó, y es que dio detalles de lo sucedido.

Mujer decide cubrir tatuaje mal hecho y el resultado fue peor

De acuerdo con lo manifestado por la afectada, a la edad de 18 años decidió entintarse un gato negro, y años más tarde, decidiría cubrirlo con unas rosas en color púrpura. Nada salió como lo esperaba, pues el gato nunca se cubrió y terminó con un tatuaje extraño en su piel.

Primer tatuaje de gato: Foto: Facebook.

La usuaria relató que el tatuador no siguió sus indicaciones al pie de la letra, lo que acabó dándole un enorme disgusto: “Le pedí rosas de estilo tradicional de color púrpura oscuro, incluso negras, de cualquier manera que pensara que podría cubrirlo en su mayor parte”.

“Comenzó haciendo una rosa con el color equivocado, pero por alguna razón decidió optar por un look de acuarela sin decírmelo”, compartió. “Han pasado 6 años desde el ‘encubrimiento’. Gracias, todavía lo odio”, dijo.

Tatuaje de rosas no cubrieron primera imagen. Foto: Facebook.

Reacciones de internautas a la historia del tatuaje mal hecho

Internautas cuestionaron si había pagado por aquel tatuaje que a todas luces no era lo que ella había perdido, a lo que respondió que sí, que pagó por ambos diseños. “Le pagué a ambos artistas (el artista del gato y el artista del “encubrimiento”), lloré en casa porque no quería hacerlos sentir mal”.