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Temblar de frio

El hipotálamo es la estructura en nuestro organismo que se encarga de conservar el calor en el cuerpo. Mantiene el suministro de sangre a las extremidades

Mujer con frío / Ilustración
Mujer con frío / IlustraciónCréditos: Foto por micens para elements.envato
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Temblar de frio - 05 Mar 24

Con el frío o ante diferentes estímulos externos e internos, nuestro organismo tiende a reaccionar de determinada manera y esto es esencial para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo, ya que nos protege o nos alerta sobre algún posible elemento de salud. Hoy te comparto algunas de estas reacciones y su por qué.

El hipotálamo es la estructura en nuestro organismo que se encarga de conservar el calor en el cuerpo. Mantiene el suministro de sangre a las extremidades. Uno de sus mecanismos para mantener el calor es el hormigueo de manos y pies, el temblor del cuerpo y la piel de gallina.

Cuando tenemos frío, el corazón debe trabajar más para conservar la temperatura y, de esta manera, empujar la sangre. El frío, en sí, exige un mayor esfuerzo de nuestro organismo para mantener su temperatura interior. Se genera entonces, una vasoconstricción de vasos sanguíneos para que nuestra sangre se concentre y caliente la zona central del cuerpo, donde están nuestros órganos vitales. Eso provoca que nuestras extremidades experimenten la sensación de hormigueo.

Si sentimos frío es porque la temperatura externa empieza a descender considerablemente. Nuestro cerebro reacciona y da la orden a los músculos para que se contraigan y se expandan y, de esta manera, generen calor. El cuerpo entonces comienza a temblar como una manera de intentar mantenerse cálido. Por eso temblamos de frío.

De acuerdo con los expertos, la temperatura de cada uno de nosotros es distinta, pues depende de características como la edad, las actividades que llevamos a cabo y hasta el momento del día. Algunos estudiosos del tema han llegado a la conclusión de que los parámetros que consideramos normales tienen, en sí mismos, un amplio rango.

Así, nuestra temperatura corporal se transforma a lo largo del día, acorde con lo que comemos o hacemos. Nuestro cerebro la vigila constantemente a fin de que no suba o baje en gran medida. Si permanecemos un largo periodo expuestos al frío y nuestros músculos no logran elevar la temperatura corporal con el tremor, es posible que podamos sufrir lesiones periféricas por el frío o incluso llegar a la hipotermia, es decir, la condición en la que perdemos más calor del que se puede generar.

En la mayoría de los casos, la hipotermia se presenta después de prolongados períodos en el frío, aunque también puede deberse a otras razones como caer en aguas congeladas, usar prendas húmedas cuando hay viento, por las temperaturas muy bajas, por hacer esfuerzos agotadores o no ingerir alimentos y/o bebidas suficientes en climas fríos.

En el caso de la piel de gallina, esta se relaciona con el frío corporal que experimentamos en un momento dado, es decir, la explicación es que la temperatura a la que sometemos el cuerpo es menor de la esperada o de la que somos capaces de resistir de manera normal, el vello capilar se eriza sin previo aviso en todas las zonas del cuerpo con superficie pilosa, excepto en las manos, los pies y los genitales. Debajo de la piel se encuentra un músculo erector que tiene la función de contraerse y crear una capa de aire sobre el organismo para protegerlo del frío.

Este fenómeno se llama también pieloerección y se refiere al reflejo corporal que ocurre al experimentar algún cambio brusco de temperatura. Esta sensación puede estar también motivada por diferentes factores. El filósofo y profesor de zoología A. Bubenik, dice que este comportamiento se debe a nuestros ancestros, quienes tenían todo el cuerpo lleno de pelo.

Hombre con frío / Ilustración / Foto por bublikhaus para elements.envato