VENECIA

Las maravillas de Marco Polo

Marco Polo nació en Venecia en 1254 dentro de una familia de nobles comerciantes. Esa ciudad era una gran potencia comercial y el padre y el tío de Marco viajaban a lugares remotos con mercancías de gran valor y como embajadores en misiones políticas

Puente anshun en llamas con luces / Ilustración
Puente anshun en llamas con luces / IlustraciónCréditos: Foto por chuyu2014 para elements.envato
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Las maravillas de Marco Polo - 01 Mar 24

Margarita quedó para comer con su amiga Elena en la Trattoria Marco Polo, un buen restaurante italiano que está frente a su casa.  Cuando sugirió el lugar, Elena le dijo que le parecía perfecto ya que ella estaba celebrando que la habían nombrado gerente de una nueva agencia de viajes llamada… ¡Marco Polo!

Media hora antes de la cita, Margarita se asomó a la ventana para confirmar que el lugar ya estuviera abierto, pero no pudo verlo porque se lo impedía un gran autobús estacionado ahí. En el costado se veía claramente la marca… ¡¿Marco Polo?!  Margarita se sorprendió por tantas coincidencias.

Y tú, ¿conoces algunos lugares u objetos que lleven el nombre de Marco Polo?

En realidad, Margarita se quedó corta: también existe con el nombre Marco Polo un prototipo de automóvil, un antiquísimo puente cerca de Beijing, un equipo etíope de ciclismo, un tipo de helado, una especie de carnero de Tayikistán y hasta un cráter lunar y un asteroide.

Marco Polo nació en Venecia en 1254 dentro de una familia de nobles comerciantes. Esa ciudad era una gran potencia comercial y el padre y el tío de Marco viajaban a lugares remotos con mercancías de gran valor y como embajadores en misiones políticas.

Cuando el joven cumplió 17 años, su padre lo llevó con él en una travesía que culminó en el reino del poderoso Kublai Kan, gran Señor de los Mongoles, que entonces dominaban la mayor parte del Oriente. El muchacho, curioso, inteligente y de agudo ingenio, pronto se ganó la confianza y el aprecio del gran señor, que lo envió como su representante a los confines más remotos del imperio.

Así, Marco Polo viajó a comarcas nunca antes vistas por ningún europeo.  Más de 20 años duró su aventura, al cabo de los cuales volvió a su ciudad natal.  Pero, algún tiempo después, en un enfrentamiento entre Génova y Venecia, Marco Polo cayó presó de los Genoveses y pasó más de un año en la cárcel.

Ahí tuvo como compañero de celda a un escritor llamado Rustichello de Pisa, a quien Marco relató sus increíbles aventuras que ambos convirtieron en un libro. Esa obra se llama “El Libro de las Maravillas” y sigue siendo, hasta la fecha, una lectura fascinante.

En ella, Marco Polo describe caminos, ciudades, costumbres, personajes, objetos, plantas y animales, vestimentas, paisajes y mucho más.  Detalla cosas que en Europa no se conocían, como el uso del papel moneda, la pólvora o el petróleo, las costumbres alimenticias y religiosas de China y un sinfín de particularidades más.

Fue un libro decisivo, que influyó a los viajeros de siglos posteriores y es impresionante cómo sigue resonando en el mundo de hoy. ¿Por qué ocurre esto?

Tal vez sea a causa del espíritu que guió el trayecto de Marco Polo, a la curiosidad y la apertura que orientaron sus observaciones y al entusiasmo y fino detalle con que supo narrarlas.

Vale la pena despertar en nosotros mismo ese ánimo. Si la vida nos pone enfrente un viaje fascinante, hay que apreciarlo.

Y si, por el momento, debemos permanecer en un solo sitio, descifremos en él cada uno de los detalles que lo hacen único y diferente. Pero, sobre todo, aprendamos a narrar nuestras historias y a escuchar las de los otros.  Dejemos que nuestra vida sea la semilla de hermosas aventuras y de aprendizajes comunes, al estilo del famoso viajero veneciano.

Marco Polo / Ilustración / X