COMPARACIÓN

Oubaitori

Oubaitori se escribe de tal manera en japonés que cada carácter representa de manera individual, una flor diferente; está el cerezo, el albaricoque, el melocotón y la ciruela

Flores de cerezo / Ilustración
Flores de cerezo / Ilustración Créditos: Foto por Mint_Images para elements.envato
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Oubaitori - 20 Feb 24

Actualmente, Japón es uno de los países más longevos del mundo. Su esperanza de vida asciende a 85 años de edad. Lo que verdaderamente asombra es que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, los japoneses pueden vivir 75 de esos años de vida completamente en forma y sin discapacidades. ¿Cuál es el secreto? Considero que su disciplina y su filosofía tienen mucho que ver. 

Durante mucho tiempo han sido reconocidos por sus ideologías, principios y valores que los llevan a tener una vida simple y significativa.

Actualmente, la sociedad en la que vivimos es altamente competitiva, a cada momento y en cada esfera social, nos confrontamos: “se ve mucho más joven, es más ágil, le va mejor en el trabajo. Su hija va bien en la escuela y está por conseguir beca en baloncesto” Todas esas comparaciones nos hacen más daño que bien, claro, porque en una comparación siempre hay uno que pierde, que lleva la peor parte. Hoy quiero hablarte de un concepto japonés, un término que engloba lo más importante de aceptarnos como diferentes y acabar, de una vez por todas con semejantes comparaciones; se trata de oubaitori.

Oubaitori se escribe de tal manera en japonés que cada carácter representa de manera individual, una flor diferente; está el cerezo, el albaricoque, el melocotón y la ciruela. Todos esos árboles florecen en primavera y dan un espectáculo maravilloso en Japón con sus distintos tonos de rosa, pero cada uno de ellos florece de acuerdo con su forma, su momento específico y orden. 

Cada uno aporta belleza al paisaje, sí, pero a su propia manera. Oubaitori es esa palabrita que encierra la noción de no comparar, de alguna manera destaca la particularidad de cada uno de estos bellos árboles, tanto como sus flores o frutos.

Oubaitori refleja entonces, que todos seguimos un viaje distinto en la vida, y que, por eso, no deberían existir las comparaciones. Imagínate, ¿Qué diferente sería si en vez de mirar al vecino, nos enfocáramos en nuestro propio crecimiento y valoráramos las características que nos hacen tan singulares? Oubaitori nos los recuerda: todos somos distintos, tenemos diferentes características, seguimos diferentes rumbos y aún así, todos somos especiales.

La mejor comparación que puede hacerse es con nosotros mismos, con quienes fuimos ayer y somos hoy y únicamente para superarnos. Por eso, hoy te invito a abrazar este hermoso término y adoptarlo como parte de tu ideología.

Como primer paso, te propongo reconocer que te comparas con los demás. Esto puede parecer algo sencillo, pero no lo es, porque cuando la práctica de compararse es repetida, la acción es involuntaria, es decir, no la registras. Te pido que tomes consciencia de que lo haces. 

Una vez que lo reconozcas, trata de centrarte en quién eres, en lo que tienes y la forma en la puedes crecer y sentirte mejor con todo ello. Es importante centrar tu energía en aprender de los demás y no competir, de esta manera le das un giro a la comparación y la usas para inspirarte. 

Para adoptar el oubaitori, es esencial que dejes de estar en conflicto con la imperfección: entiende que nadie es perfecto, que tú no eres perfecto y que es importante equivocarnos para aprender, para tener oportunidades de crecimiento. El oubaitori es una práctica que deberíamos realizar constantemente para llevar una vida más simple, más sencilla, pero, sobre todo, mucho más feliz. ¿Te animas?

Albaricoque / Ilustración / Foto por azgek para elements.envato