Amabilidad

Vivimos entre impaciencia y prisa; y nos olvidamos por ello de ser amables, porque estamos entrados en todas las actividades, pensamientos y prioridades, por eso hoy quiero compartir contigo las raíces esta palabra, pero sobre todo los efectos de practicarla como un valor que hace la diferencia nuestro día.

De acuerdo con su definición la palabra amable viene del termino latino amabilis, es decir, digno de ser amado, la amabilidad forma parte del grupo fortalezas de la humanidad, junto con el amor y la inteligencia social, es decir el saber relacionarnos con los demás.

Estudios científicos afirman que todos poseemos un gen amable, incluso los niños de 6 meses están preparados para ayudar y elegir conductas de amabilidad hacia los demás.

Ser amable tiene beneficios para uno mismo, porque al final todo regresa, mas los beneficios de la amabilidad van mucho más allá de lo social y emocional.

Bárbara Fredrickson, profesora de la universidad de Carolina del Norte, realizó una investigación con 65 personas de la facultad de la universidad. A la mitad de ellos se les asigno que tomaran clases de meditación compasiva una hora a la semana, en clase se les pedía que pensaran con compasión en los demás, que los vieron con empatía y que de manera silenciosa repitieran frases amables como: “puedes sentirte seguro”, “siéntete feliz”, “eres saludable”. la otra mitad del grupo no tomó esas clases.

A todo el grupo se les aplicaron pruebes antes y después de 6 semanas, y se obtuvo la variabilidad en la frecuencia cardiaca que mide a su vez la sensibilidad del nervio vago. Este nervio regula la eficiencia del cambio de la frecuencia cardiaca y la respiración, es decir, mientras más tono vagal se tenga mayor es la variación de la frecuencia cardiaca y menor el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

El grupo de meditación mostró un incremento general en las emociones positivas como alegría, interés, serenidad, fe o esperanza, su nervio vago mejoró de manera notable, incluso en aquellas personas que ya desde el inicio presentaban un mayor tono vagal.

Es increíble que seamos capaces de cambiar algo de nuestra salud, al incrementar nuestra dieta diaria de emociones positivas ¿no crees?

Una persona amable posee virtudes como empatía, humildad, paciencia y generosidad, pero sobre todo autocontrol emocional o regulación de sus emociones.

La amabilidad nos lleva actuar ante los retos de manera respetuosa, a nivel físico influye en la mejora de nuestra salud al reducir el cortisol, la hormona del estrés. Ser amable también favorece en la oxitocina, la hormona de la confianza y del amor.

A nivel psicológico, la amabilidad nos protege de la ansiedad, ya que nuestro cerebro genera endorfinas y con ellos se estabiliza el estado de ánimo. Ser amable transforma cualquier ambiente pues se considera que esta es contagiosa y anima a los demás a ser ambles a su vez.

Te comparto tres pasos para desarrollar el ser amable:

1. Procura dirigirte a las personas por su nombre, esto cambia por completo la predisposición de la persona hacia ti.
2. A lo largo del día procura tener un detalle con alguien. Te aconsejo que prestes atención a todo lo que te rodea y partir de ello, encuentres algo que podrías aportar.
3. Procura utilizar palabras positivas. Recuerda que es mejor callar, si no tienes nada agradable que decir y mídete en situaciones de presión o exigencia.

En resumen, se amable.