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Vas a un concierto y todos empiezan eufóricos a cantar la canción… ¿Qué haces? Reaccionas de la misma manera y te emocionas también. Te vuelves uno mismo con la muchedumbre. O tal vez miras llorar a una persona mientras te confiesa sus más grandes preocupaciones y es probable que te den ganas de llorar a ti también. Ves una película y conforme avanza la triste historia, el llanto de la protagonista te contagia, ¿cierto?
Seguramente en el tiempo que pasó desde el inicio del concierto, de la charla o de la película, tus neuronas espejearon los sentimientos de los demás y comenzaron a “convencer” a otras de que se sumaran al espejo. Te explico.
Recientemente hemos escuchado hablar de las neuronas espejo o neuronas especulares. Estas son neuronas que nos permiten sentir empatía, imitar a los demás y, hasta sentir y saber si alguien miente o nos dice la verdad. Hoy te voy a hablar de sus características especiales y por qué son importantes.
Las neuronas espejo son células nerviosas de nuestro cerebro que se encargan de imitar las acciones que inconscientemente llaman nuestra atención. Es gracias a ellas que somos capaces de interpretar la actitud de los demás y, en caso de ser necesario, iniciar una interacción con ellos; estas neuronas cumplen un papel importante en el desarrollo de las habilidades sociales. Imagínate que son como un transmisor de tu mensaje al mundo externo.
Se llaman neuronas espejo, precisamente porque le permiten al cerebro reproducir la información del exterior como si fuera el efecto de un espejo. Fueron descubiertas en 1996 por un grupo de neurocientíficos italianos de la Universidad de Parma, gracias al estudio realizado con primates que les permitía observar el comportamiento cerebral con electrodos en la corteza frontal inferior del cerebro.
De esta manera, estudiaban la neurona específica que intervenía ante el movimiento del primate. El neurobiólogo Giacomo Rizzolatti, líder del experimento, encontró que algunas de estas neuronas se encendían cuando los monos realizaban ciertas actividades. Estas se activaban en zonas que le generaban interés.
Así, el estudio reveló que el cerebro de estos primates reflejaba las acciones del otro espécimen y ello les permitía identificar tanto sus movimientos como las intenciones del otro.
Al pasar de los años, estas neuronas se encontraron en el lóbulo parietal inferior del cerebro humano, así como en las áreas intraparietales lateral y ventral, en el motor primario y premotor dorsal de la corteza cerebral.
Hoy son consideradas un componente especial para que nuestra mente comprenda las acciones y sentimientos de los demás.
Se activan cuando reaccionas a emociones o acciones de otra persona, por eso nos ayudan a desarrollar nuestra capacidad de relacionarnos con los demás, de aprender a través de la imitación e incluso, a ponernos en el lugar de la otra persona.
Así que, conductas como la generosidad y el altruismo requieren de la empatía de los demás, es decir, muchos de los valores netamente humanos están directamente influenciados por el espíritu empático de las neuronas espejo, sin duda alguna un importante mediador en nuestras interacciones sociales. Aún faltan estudios por realizar en torno al tema, pero este es parteaguas en muchos sentidos, sobre todo en el tema de educación y crianza, así como algunos trastornos conductuales.