PERCIBIR SENSACIONES

Crea, afronta el dolor con las manos

Cuando hablamos, las manos se mueven con nosotros y son parte importante de un discurso, de la expresión de sentimientos y emociones. Las manos son una terminal increíblemente multifuncional de nuestro brazo

Manos / Ilustración
Manos / IlustraciónCréditos: Pixabay
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08 Feb 23 - Crea, afronta el dolor con las manos

La abuela de mi amiga solía decir que el dolor se afronta con el poder de nuestras manos creadoras y contenedoras. Las manos expresan nuestros sentimientos, pensamientos y son vehículo de amor y pasión.

Nuestras manos hacen tanto por nosotros. Ellas tocan, sienten, sujetan, manipulan y acarician. Son una parte vital de nuestro cuerpo y pueden realizar, desde actividades sumamente delicadas y precisas, como tocar un instrumento y crear con ello música; hasta cavar con una pala, perforar el cemento con un taladro. Tus manos pueden sentir si algo está caliente o frío, afilado o rugoso. Agarran a un niño al cruzar la calle y también acarician el lomo de tu mascota.

Cuando hablamos, las manos se mueven con nosotros y son parte importante de un discurso, de la expresión de sentimientos y emociones. Las manos son una terminal increíblemente multifuncional de nuestro brazo.

Es más, en gran parte de las culturas, las manos las usamos para saludar, ya sea al estrechar la mano, apretarla, dar una palmada en la espalda o, incluso y ahora tras la pandemia, chocar los puños unos con otros. También son parte de un símbolo para transmitir un mensaje: levantamos el pulgar en señal de que todo va bien o juntamos las palmas para decir Namasté sin palabras. Hay mudras que representan mensajes, energía, meditación y se hacen con nuestras manos.

El dolor también se afronta con las manos, porque estas son las antenas de nuestra alma. Muévelas; escribe, teje, cocina, pinta, juega con ellas y húndelas en la tierra. Las manos envían, de esta manera, señales de cuidado a la parte más profunda de tu ser y entonces, tu alma se ilumina y las señales de dolor ya no son necesarias. Lo que se hace con las manos se hace también con el corazón, porque estos están conectados.

Estas antenas de nuestra alma son la más íntima expresión de nosotros en el Universo; dan y reciben. Tienen tu identidad propia y única que se manifiesta en las huellas digitales, pero también representan tu pasado, tu presente y tu porvenir.

Los bebés conocen el mundo gracias a sus manos, es a través de estas que lo descubren y comienzan a explorar. Usar sus manos para hacerlo les da confianza. Si observas atentamente, las manos de las personas mayores son capaces de contarte una historia. Nuestras manos también curan y pueden sanarte si eres capaz de moverlas para crear y poco a poco te sanan, hacen que el dolor pase, porque gracias a ellas pudiste transformar y crear. Anaxágoras aseguraba que el hombre era el más razonable de los animales porque tenía manos; Aristóteles, por su parte, consideraba que el ser humano había sido favorecido con las manos, debido a la inteligencia de su especie.

Dar una mano es dar apoyo, brindar ayuda, con las manos saludamos y apapachamos, las manos nos protegen cuando no queremos oler, ver o escuchar algo. Las manos poseen una facultad natural para percibir sensaciones a través de la piel, encuentran puntos clave para tratamientos de diferentes terapias; es más, poseen un mapa con la ubicación perfecta de diferentes órganos y sistemas corporales.

Han sido y son representantes del cuerpo que muestran el camino para dar sentido y forma a tus creaciones y sueños. Cuando permites que liberen su energía, te das cuenta que en realidad son las mejores herramientas para afrontar el dolor, para vivir mejor.

Manos / Ilustración / Pixabay