ESTRES

Pensamientos intrusivos

Si piensas que no cerraste de manera correcta la puerta de casa al salir, que no eres bueno para nada porque siempre eres un fracaso total o te preguntas qué pasaría si no estuvieras vivo

Hombre pensando / Ilustración
Hombre pensando / IlustraciónCréditos: Foto de Ben White en Unsplash
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Pensamientos intrusivos - 27 Nov 23

Te vas a dormir. Quieres descansar y cuando ya todo está oscuro, tu mente se empieza a llenar de una serie de pensamientos que de repente surgen. Son ideas negativas que no puedes controlar y de las cuales no puedes deshacerte. Esos son pensamientos intrusivos y nos ocurren a todos; no tienen por qué ser desagradables, pero en realidad suelen obsesionarnos y a la larga, convertirse en un problema.

Si piensas que no cerraste de manera correcta la puerta de casa al salir, que no eres bueno para nada porque siempre eres un fracaso total o te preguntas qué pasaría si no estuvieras vivo… has experimentado un pensamiento invasivo o intrusivo, ya sea como una imagen vivida de algo concreto o como una idea abstracta que no se te quita de la cabeza.

Los pensamientos intrusivos aparecen de manera espontánea en nuestra mente, son esos que de repente aparecen y tienen alguna intención, quizá sobre hacer daño a alguien, o llevar a cabo algo moralmente repugnante. Quizá te ha pasado que te imaginas una amenaza potencial y este pensamiento se convierte en recurrente… eso es un pensamiento intrusivo y estos son mucho más probables si te encuentras bajo mucho estrés, con cierto grado de depresión, ansiedad o culpabilidad, es decir si estás alterado de alguna forma.

Irónicamente, el origen de los pensamientos intrusivos viene de nuestro deseo personal de no querer actuar como se piensa. Así, el deseo de alejarnos de nuestra mente no hace más que forzar su presencia.

La buena noticia es que algunos pensamientos intrusivos pueden ser útiles para ayudarnos a resolver algún problema o estimular nuestra creatividad.

Lo primero que debemos hacer es identificar al pensamiento en cuestión, ese que nos altera. Debemos ser capaces de entender que a pesar de que aparecen en nuestra cabeza, no significa que son ciertos. Así que es necesario que no nos obsesionemos con hacerlos desaparecer; si los dejamos ser y que fluyan, antes de que nos demos cuenta, desaparecerán.

Existen algunas técnicas que pueden ayudarte a centrar tus pensamientos: está la meditación, el yoga, el mindfulness, pero también realizar ejercicio físico, pues el cansancio que este te genera, te ayuda a controlar tus pensamientos.

Recientes estudios al respecto señalan que, incluso, dedicar un tiempo determinado a pensar en ellos, incluso a la misma hora de cada día o escribir sobre ellos, puede hacer que pierdan fuerza en tu cabeza.

Practica distraerte para no tener los pensamientos intrusivos. Este es el método más usado por las personas y consiste en colocar a la mente en otra dimensión al ver programas de televisión, escuchar música o realizar alguna tarea que te implique concentración.

Es imposible controlar los pensamientos en todo momento, por lo que no deben tomarse demasiado en serio en todas las situaciones. No te obsesiones con ellos, deja que formen parte de tu vida, acéptalos como parte de cada uno de nosotros y verás que desaparecen de la misma manera espontánea en la que llegaron.  Afrontarlos es la clave para conseguir tratarlos de manera efectiva y vivir mucho más feliz, vivir mucho más feliz, vivir mejor.

Mujer sonriendo / Ilustración / Foto de Brooke Cagle en Unsplash