Manos energía

“Sana, sana colita de rana, si no sanas hoy, sanarás mañana..” es una frase que muchos de nosotros hemos dicho al tiempo que masajeamos un golpe con nuestras manos. Imagina que con tus manos puedas curarlo todo.

De alguna manera, nuestras manos son herramientas valiosísimas. Muchas de las cosas que decimos, las decimos desde nuestras manos, así podemos ocuparlas para decir: bien, mal, arriba, abajo, mucho, poco y demás conceptos básicos. Son parte también de nuestro lenguaje corporal y se relacionan con nuestras emociones: si dudas, te rascas la cabeza… si estás feliz, aplaudes, después de mucha actividad física, pones tus manos en la región lumbar, consuelas al colocar tu mano en una mejilla o en un hombro y llevas tus manos al corazón para expresar solidaridad o sanas un golpe de tu sobrino con un suave masaje. ¿Cierto?

Nuestras manos forman parte de ese primitivo instinto sanador. En Oriente, el arte terapéutico que emplea las manos ha sido asociado tanto a la medicina como a las tradiciones religiosas de oración y bendición. La postura de las manos en las estatuas de Buda parece referirse a la canalización e irradiación de una energía curativa. Es más, conocemos de esa cultura el término imposición de manos, que para nosotros llega como Shiatsu y que se funda en las corrientes de energía que la medicina tradicional china describe a partir de la curación con las manos y el masaje.

Hoy, un estudio científico llegó a la conclusión de que todas las partes de nuestras manos tienen niveles detectables de luz. La electronografía y la fotografía de alta frecuencia han permitido describir y sistematizar progresivamente las imágenes emitidas por las manos, que varían en diversas condiciones de salud y enfermedad.

Ya se había comprobado que la mayoría de los seres vivos, incluidas las plantas, liberan cantidades variables de luz, pero hoy el científico japonés Mitsuo Hiramatsu condujo un estudio en el que abiertamente declaró que las manos son luminosas, pues liberan fotones o pequeñas partículas de energía luminosa.

Dijo que esto aplica también para la frente y las plantas de los pies. Hiramatsu afirmó que las manos producen energía lumínica en todo momento, que las uñas liberan 60 fotones, los dedos liberan 40 y las palmas 20. Mitsuo trabaja en el Laboratorio Central de Investigación en Hamamatsu Photonics y ha dirigido ya diversas investigaciones que muestran que las diferentes partes de nuestro organismo emiten luz.

En los ensayos se estudiaron las manos de diferentes individuos y a distintas temperaturas a fin de medir la cantidad de luz que se observa. La teoría es que la luz es un efecto de quimoluminiscencia que tiene su origen en reacciones químicas, justo como la luminosidad que emiten las luciérnagas.

Así, los científicos buscan más explicaciones y comprobaciones al respecto. Se pretende investigar de qué forma afectan las enfermedades la fortaleza y los patrones de luminosidad a fin de hallar formas de diagnóstico menos invasivas.

Fritz Albert Popp, experto mundial sobre fotones cree que la luz de la frente y las manos pulsan al mismo ritmo básico y que cuando hay enfermedad o malestar, ese pulso, ese patrón, se torna irregular en cuanto a fuerza.

De cualquier forma, tus manos son muy importantes y son capaces de reconfortar y dar consuelo con el simple contacto con aquellos que te rodean.