BURNOUT

Burnout

Si como la mayoría de las mamás tienen la sensación de no tener tiempo para ti mismo, no disponer ni un sólo segundo para ir al baño, si te enfadas frecuentemente y tienes ganas de llorar, ojo, porque puedes ante el síndrome de burnout.

Mujer / Ilustración
Mujer / IlustraciónCréditos: Foto de Elisa Ventur en Unsplash
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20 JUNIO- BURNOUT

Se levanta sumamente temprano, entre el trabajo y los hijos, Tamara, sale apresurada por las mañanas y no deja de correr. Quisiera hacer ejercicio, quisiera leer un rato en el día, pero no tiene tiempo. Todo el día se le va entre el trabajo, tránsito vehicular, los hijos y sus clases extra escolares. Ni un minuto para ella.  

Si tienes la sensación de no tener tiempo para ti mismo y no disponer ni de un segundo para ir al baño, si te enfadas frecuentemente y tienes ganas de llorar, cuidado: puedes estar frente al Síndrome de Burnout, un síndrome de sobrecarga, de alguien sometido a un estrés constante y continuado.

Este síndrome es un conjunto de síntomas o respuestas de tu cuerpo, que te dice concretamente: para, necesitas descansar. Las consecuencias de ello son sumamente perjudiciales para el bienestar físico y psíquico de la persona que lo padece, pero también de toda su familia.

Recuerda que niños y niñas, no necesitan madres y padres perfectos, sino que éstos los contagien de bienestar, de salud.

Algunos de los síntomas del Burnout son:

Actitud indiferente o pérdida de interés por las actividades favoritas.

Aislamiento social.

Enfermedades frecuentes, por baja en el sistema inmunológico.

Dificultad para concentrarse, cambios en patrones de sueño, en apetito y peso, así como sentimientos de desesperación, ansiedad o impotencia e hipersensibilidad.

Uno de los signos más evidentes es el progresivo agotamiento físico y mental, así como un cambio de actitud frente a la mayoría de las personas, que se reporta como malos modales o agresividad.

A nivel físico, afecta al sistema locomotor, en ocasiones aparecen dolores musculares y articulares. Pueden surgir alteraciones gastrointestinales, afecciones de la piel, como herpes o psoriasis y dolores de cabeza o mareos.

Este síndrome fue descrito por primera vez en 1969, para referirse al extraño comportamiento que presentaban algunos oficiales de aquella época. En 1970, se acuñó el término como tal; en 1986, las psicólogas Maslach y Jackson definieron el padecimiento como un síndrome de cansancio emocional, sobre todo despersonalización y una nula realización personal que se da en aquellas personas que trabajan cuidando a alguien o en áreas como atención a clientes y usuarios, así como también en madres de familia.

El trabajo materno implica hacer muchas veces las mismas tareas, pero también vivir numerosas situaciones sobre las que no tiene ningún control y en las que a menudo se siente impotente; desde accidentes hasta picaduras, dolores en los hijos.

Y si a esto agregas el trabajo como en el caso de Tamara, es normal que te sientas agotada, estresada y con grave riesgo de adquirir el Síndrome de Burnout.

La clave para tratar este síndrome es la detección de éste; mientras más pronto seas capaz de identificarlo, será posible mantenerlo en control. 

La meditación, técnicas de relajación que reduzcan el estrés y la ansiedad ante la cual tu propio organismo se enfrenta son clave para hacer que te sientas mejor, pero sobre todo, lo más importante es hacer conciencia de la importancia de tener un espacio para ti, en el que puedas desconectarte de todas esas actividades.

Dedica un tiempo para ti misma, un tiempo que te permita desconectarte de todo lo demás y centrarse en ti; éste puede ser un hobbie, una práctica deportiva o vida social.

Mujer / Ilustración / Foto de Ephraim Mayrena en Unsplash