MÚSICA

'Paradise State of Mind': Libera tu espíritu al cambio

Durante los siete años desde su último disco, “Sacred Hearts Club” de 2017, Mark pasó por momentos difíciles que lo obligaron a concentrarse en su propio bienestar.

Foster the People regresa con su cuarto álbum de estudio “Paradise State of Mind”.
Foster the People regresa con su cuarto álbum de estudio “Paradise State of Mind”.Créditos: EFE
Escrito en OPINIÓN el

A veces el lugar más solitario y oscuro es nuestra mente. Encerrados en las paredes de una conciencia que se repite y repite y repite. Atrapados en recuerdos y angustias. Sentimientos que empeoran con el ambiente de un mundo crítico, explosivo y autodestructivo. Pero la salida está más cerca de lo que uno cree: en una mano amiga, un abrazo, una palabra, una llamada; conexión y libertad.

Foster the People regresa con su cuarto álbum de estudio “Paradise State of Mind”, en el que a través de 11 canciones, Mark Foster se reconecta con la música para por fin liberar su mente y espíritu. Encuentra un poco de alegría a la entrada de esta nueva etapa de su vida.

Durante los siete años desde su último disco, “Sacred Hearts Club” de 2017, Mark pasó por momentos difíciles que lo obligaron a concentrarse en su propio bienestar. Fue a rehabilitación, se casó, se encerró por la pandemia, perdió dos integrantes de su banda… y encontró un poco de paz de nuevo en la música. En “Let Go”, Mark repite el mantra que lo liberó poco a poco: déjalo ir. Palabras, soplos de viento, que desapegan el espíritu de los pensamientos que la aprisionan. Fluye con el cambio para romper el techo de su habitación y su cabeza. Se ha roto tantas veces, que por fin encontró su libertad en el cambio de cada una de sus piezas. Déjalo ir.

Volver a lo básico, a lo fundamental, como un niño que vive el momento, que dice y hace sin pensarlo dos veces. Por ello, en “Glitchzig”, Mark toma todos sus instrumentos  (desde pianos, baterías y guitarras, hasta un saxofón) e improvisa hasta sacar todos los sentimientos y pensamientos que luchan en su cabeza. Cambios de tiempo, ritmo y sonidos; digitales y analógicos; modos y moods. Un experimento para sentirse de nuevo un niño que se divierte con ser músico… con ser libre.

La vida siempre va hacia adelante. Aunque el pasado parezca “los buenos tiempos”, hay que recordar que es una ilusión. En “Take Me Back”, los sintetizadores adornan con brillos la añoranza de Mark por la infancia, cuando era mucho más sencillo amar y amarse. Al admirar tanto el pasado corres el riesgo de caer en una espiral de amargura; sólo revive esa voluntad y esa sensación para enfrentar con amor cada nueva oportunidad, cada nuevo futuro.

Mark integra sonidos digitales con instrumentos análogos para crear una atmósfera cuasi espacial en “Lost In Space”. Entre la música disco de baile, Mark narra su lucha contra el vacío de la soledad y angustia. El grupo tiene experiencia en contraponer estos sonidos alegres, como mentiras, que adornan situaciones, historias y sentimientos oscuros. Sin embargo, Mark encuentra esperanza en la mano de su pareja que lo guía con amor por el vacío de la eternidad.

Inspirado por el funk y disco de los 70 y 80, en “See You In The Afterlife”, Mark baila libre sobre un mundo en escombros. Sus imágenes critican la actitud humana frente a las pandemias, las guerras y la destrucción del ambiente; mientras las guitarras brincan al ritmo del caos global. El más allá después de la muerte, parece una gran salvación. Podemos esperar a que suceda, o mejor podemos cambiar nuestro espíritu. Si nos libramos de estas ataduras terrenales, lograremos encontrar una verdadera conexión: el por qué vivir, el amor en conectar y la paz de ser libre.