OPINIÓN GUILLE GÓMORA

Plan C, contra la democracia

“El movimiento soy yo…”, impulsa reformas en el Congreso para concentrar el poder al más puro estilo del partido hegemónico que busca perpetuarse.

Andrés Manuel López Obrador, exige, “lealtad ciega”, a los integrantes de su gobierno y a los legisladores de su coalición para el proyecto de transformación del país.
Andrés Manuel López Obrador, exige, “lealtad ciega”, a los integrantes de su gobierno y a los legisladores de su coalición para el proyecto de transformación del país. Créditos: Cuartoscuro
Escrito en OPINIÓN el

Al cierre de su sexenio el presidente Andrés Manuel López Obrador, exige, “lealtad ciega”, a los integrantes de su gobierno y a los legisladores de su coalición para el proyecto de transformación del país. Bajo la consigna: “El movimiento soy yo…”, impulsa reformas en el Congreso para concentrar el poder al más puro estilo del partido hegemónico que busca perpetuarse.

Para empezar, en el Senado se aprobó, por mayoría, reformar la Ley de Amparo y la Ley de Amnistía. La primera busca evitar que los jueces suspendan obras, reformas o leyes impugnadas por esta vía y la otra faculta al presidente de la República para liberar a personas privadas de la libertad por cualquier delito.

Iniciativas con dedicatoria al Poder Judicial, recordemos que, al Presidente López Obrador no le gustan los contrapesos. Hace poco dijo que su autoridad “moral” está por encima de la ley. Por ello, ha convertido a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y a su presidenta, Norma Piña, en sus acérrimos enemigos.

Ahora, avanza en su plan “C” de centralizar el poder y dejar sin mecanismos de protección a los ciudadanos ante los abusos del gobierno. Ricardo Monreal, coordinador de Morena en el Senado y profesor de Derecho Constitucional y Poder Legislativo en la División de Estudios de Posgrado de la UNAM, defendió así la iniciativa: “Lo que se pretende con la reforma es precisamente evitar el abuso de la dictadura de la toga, el juez no puede declarar inconstitucional una norma, le está impedido hacerlo”.

Al Doctor en Derecho se le olvidó, convenientemente, que estos cambios limitan los derechos de los mexicanos y despertó suspicacias entre sus colegas, por su “lealtad ciega” a la iniciativa enviada desde Palacio Nacional. Al respecto, el senador Emilio Álvarez Icaza, uno de los principales opositores, dijo que se trataba de una reforma regresiva, que busca “desaparecer” al Poder Judicial en los hechos y anular uno de los pocos recursos que tiene la ciudadanía ante el abuso de poder, pues los jueces ya no podrán otorgar suspensiones provisionales o definitivas a leyes y reformas aprobadas en el Poder Legislativo.

Por lo que toca a la reforma de la Ley de Amnistía, la gran pregunta dentro y fuera del Congreso es: ¿a quién busca liberar el gobierno de la #4T?, pues la iniciativa aprobada faculta al presidente de la República el poder de otorgar “amnistía de manera directa” a cualquier persona que haya sido sentenciada por cualquier delito, incluso narcotráfico, trata de personas, feminicidios, violación, secuestro o huachicol.

Los senadores de oposición advirtieron que el dictamen otorga al Poder Ejecutivo “facultades metaconstitucionales”. El panista Damián Zepeda, dijo: “Esta es quizá una de las reformas extremas del culto a la personalidad de una sola persona, del presidencialismo, llevado al extremo radical, digan lo que digan, y justifiquen lo que justifiquen, lo que están haciendo es darle el tratamiento de rey al presidente de la República, de monarca, de rey absoluto, que no tiene contrapeso, que es él la ley y la justicia”

Cabe recordar que en 2019 Morena intentó aprobar esta reforma a la Ley de Amnistía y no avanzó, ahora está en la aduana de la Cámara de Diputados para su análisis y aprobación. Justo cuando la violencia cobra la vida de más de 100 personas diario y 6 de cada 10 mexicanos de más de 18 años se sienten inseguros en nuestro país, como lo reveló la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del Inegi.

Cifras de horror y de terror que remiten a los argumentos del senador del Grupo Plural Germán Martínez Cázares, quien sugirió que Morena busca “dinero” a cambio de otorgar amnistía a los criminales y pidió que, en nombre de las víctimas, de los desaparecidos y del dolor de las madres buscadoras, no se les perdone bajo ninguna circunstancia.

Así las cosas, ¿estamos en un fin de sexenio o el preludio del próximo? Rumbo al 2 de junio, convendría reflexionar si queremos retroceder al México de un gobierno centralista.

El fortalecimiento de la democracia, debe estar respaldado por un Estado de derecho, el respeto a la división de poderes y la aplicación de la ley.

De lo contrario, como escribió el analista político Alfonso Zárate, “Con la devoción de muchos —una devoción construida, esencialmente, con asistencialismo— y con la pasividad o la cobardía de otros, Andrés Manuel López Obrador nos dirige hacia un destino amenazador: el país de un solo hombre”. ¿Eso queremos para México, para nosotros?

Vericuentos

Unir esfuerzos por desaparecidos

La senadora por el PRI, Sylvana Beltrones, presentó una iniciativa fin de que las madres buscadoras o cualquier otro familiar de víctimas de desaparición se puedan integrar como auxiliares a la Comisión Nacional de Búsqueda para brindarles apoyo económico y medidas de protección a los familiares de personas no localizadas.  Detalló que de acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, en México hay 115 mil 493 personas permanecen como desaparecidas y no localizadas. Beltrones aseguró que la integración de familiares de personas no localizadas como auxiliares facilitará la colaboración interinstitucional y proporcionará un marco legal para protegerlos. ¡Vientos!

guillegomora