OPINIÓN HÉCTOR ZAGAL

Excentricidades de millonarios

Lo que para unos puede parecer extravagante y lujoso, para otros no es más que nimiedades comunes.

Excentricidades de Millonarios
Excentricidades de MillonariosCréditos: Pexels
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Platicando de millonarios y de sus excentricidades en el Banquete del Doctor Zagal, recordé aquel chiste en el cual tres hombres se encuentran con un genio que le concede un deseo a cada uno. El primero le pidió ser millonario; el segundo, ser hermoso; pero cuando llegó el turno del tercero, éste empezó a carcajearse. Como no paraba de reír, el genio, molesto, le preguntó: “¿Cuál va a ser tu deseo?”. Entonces el hombre le dijo: “Que reviertas los deseos de ellos dos”.

O este último hombre era muy estúpido como para desperdiciar su único deseo en una broma o sencillamente ya era millonario y guapo. Y es que lo que para unos puede parecer extravagante y lujoso, para otros no es más que nimiedades comunes. La diferencia está en el color de la tarjeta de crédito.

Por ejemplo, ¿cuáles han sido las vacaciones más extravagantes que han tenido? Les aseguro que difícilmente superarán las que tuvo el millonario estadounidense Dennis Tito en 2001.

Desde muy pequeño, Tito había tenido el sueño de viajar al espacio, pero terminó dedicándose a las finanzas. Curiosamente, lo que un día lo “alejó” de su sueño fue también lo que al final lo hizo realidad. En efecto, los millones que Tito ganó como financiero le permitieron negociar un viaje al espacio.

En un principio, la NASA se negó a sus peticiones pues no autorizaban que un civil viajara al espacio. Esto hizo que Tito buscara otras opciones y, entre ellas, encontrara una del otro lado del globo.

Resulta que, en los noventa, la decadente URSS carecía de recursos para financiar su programa espacial, por lo que Tito los convenció de llevarlo al espacio a cambio de 20 millones de dólares. El viaje se terminó concretando diez años después y, así, el 28 de abril de 2001, Dennis Tito se convirtió en el primer turista espacial que llegó hasta la Estación Espacial Internacional.

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Otro millonario con ideas exorbitantes es el austriaco Clive Palmer, magnate de la minería en su país. Este hombre lleva varios años diciendo que quiere clonar un dinosaurio para usarlo como atracción principal en un hotel resort que lleva su nombre. Se nota que no ha visto ninguna película de “Jurassic Park”. Pero, por si eso fuera poco, también ha advertido que construirá el Titanic II. Esperemos que esta vez sí lo haga a prueba de icebergs…

Pero no todas las excentricidades de los millonarios son despilfarros de dineros. El fundador de la empresa sueca IKEA, Ingvar Kamprad, lleva una vida excéntrica gracias a su austeridad. A pesar de que llegó a tener una fortuna de más de 58 millones de dólares, manejó hasta los últimos años de su vida en su viejo Volvo. Se dice que reutilizaba las bolsas de té, utilizaba el transporte público, vivía en un barrio de clase media, amueblaba su casa con muebles de IKEA y, además, se robaba los sobres de sal de los restaurantes.

En este último caso, irónicamente, lo que para nosotros es común, para los millonarios es toda una excentricidad.

¡Atrévete a saber! Sapere aude!

@hzagal