El pasado 28 de enero Marruecos reabrió su embajada en Irak después de varios años de ausencia de representación diplomática en dicho país. Marruecos cerró por primera vez su embajada en el año 2004 tras el secuestro de dos ciudadanos marroquíes en suelo iraquí y en 2016 la cerró nuevamente por "razones de seguridad", es decir, por la fuerte presencia de ISIS en Irak, razón por la cual no solamente Marruecos, sino varios países decidieron reubicar sus embajadas.
Una embajada es la representación diplomática del gobierno de un país en otro. Algunas de sus funciones son transmitir mensajes oficiales entre los países, preparar acuerdos internacionales y gestionar visitas oficiales. También informan a sus países de origen sobre las noticias más relevantes que acontecen en el país de acogida y promueven la cultura y la economía de sus países. Por tanto, contar con representaciones diplomáticas, es una manera de estrechar relaciones políticas, económicas, culturales y de seguridad. Asunto que sería particularmente relevante entre países con los mismos intereses o pertenecientes a una misma región, como es el caso de Marruecos e Irak, que, pese a estar en continentes distintos, pertenecen a la región del Medio Oriente y Norte de África, a la vez que son miembros de la Liga Árabe.
Por lo general, los países buscan apoyo de otras naciones respecto a asuntos domésticos e internacionales relacionados a una diversidad de asuntos. En este sentido, el gobierno iraquí se mostró muy interesado en retomar su relación con Marruecos debido a la importancia del país africano en temas económicos y políticos, pues básicamente significa una puerta de entrada al continente para Irak. Por su parte, Marruecos recibió el apoyo de Irak, quien dijo que "apoya la integridad territorial de Marruecos" refiriéndose al Sáhara Occidental.
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Con la reapertura de la embajada marroquí en Irak, ambos países han organizado una amplia agenda de colaboración y se firmaron dos memorandums de entendimiento, es decir, documentos en los que se describen los acuerdos entre ambos países y que denotan una intención común de colaborar sobre unas mismas líneas, pero que no les obliga a nada jurídicamente.
Entre los temas en los que buscan colaborar ambos países están la cultura, economía, política y seguridad, principalmente se habló del combate al terrorismo. También se acordó colaborar en formación diplomática mediante el intercambio de experiencias, así como conversar sobre temas relevantes de la región. Otro acuerdo relevante fue que se reanudarán los vuelos comerciales directos entre ambos países.
Algo que debe destacarse es que la situación política en Irak es delicada y para conformar un gobierno estable siempre es bueno contar con aliados. Abrir una embajada en un país es sinónimo de confianza y busca dar un mensaje internacional de que existen condiciones estables en el país. Por otra parte, ambos países enfrentan desafíos de seguridad, cada uno por razones distintas y buscan en el otro un aliado que valide que ambos países deben de “preservar su integridad territorial”.
Jeziret Gallardo
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