OPINIÓN HÉCTOR ZAGAL

Medidas anuales

El calendario gregoriano se convirtió en un referente mundial, pues fue aceptado por la mayoría de los países.

Medidas anuales
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Hoy despedimos el 2023 y esperamos ansiosos el comienzo del 2024. Esto, según el calendario gregoriano, pero hay más de una forma de medir los años.

Los años comenzaron a medirse aparentemente hace unos diez mil años, en lo que hoy conocemos como Escocia. Se presume que en esta región se inventó una especie de monolito compuesto por doce rocas que marcaban la posición de la luna. Éstas fueron la primera medida para determinar un periodo de tiempo que se considerara anual. Por el hecho de que la luna era el punto de referencia, se consideraba un calendario lunar.

Hasta la fecha, siguen existiendo los calendarios lunares. El Hijiri es uno de ellos y pertenece a la cultura islámica. Su función principal es marcar sus periodos religiosos, por lo que es un calendario más religioso que civil. Algunos señalan que esta medición nació junto con la Hégira, que es el momento en el que Mahoma huyó de la Meca a Egipto y que marca el punto de partida de los años musulmanes (como pasa con el nacimiento de Cristo).

Los griegos, en cambio, utilizaban diferentes cuerpos celestes para medir los años, aunque, para medir su punto de partida, tomaban como referencia los primeros juegos olímpicos, mismos que se celebraron en el 776 a. C.

Cada cuatro años se celebraban los juegos olímpicos, por lo que a este periodo de tiempo se le empezó a conocer como “olimpiada”. Así, la gente se guiaba para ubicarse en el tiempo mediante olimpiadas. Por ejemplo, si un griego había nacido trece años después de los primeros juegos olímpicos, se decía que había nacido el primer año de la tercera olimpiada. Parece simpático hasta que se advierte que, mientras más pasaban los años, más difícil era ubicarse. ¿No me creen? Entonces díganme: ¿ustedes en qué año de qué olimpiada hubieran nacido?

Los egipcios crearon sus propios calendarios hace unos tres mil años. En este caso, tomaron como referencia el sol. Así, sus astrónomos y matemáticos descubrieron que el año duraba aproximadamente 365 días, que repartieron en tres temporadas con cuatro meses de 30 días cada una.

Este calendario después fue introducido a Roma por Julio César. En el 46 a. C., reformó las mediciones romanas para introducir las suyas y así formar el calendario juliano, el cual predominó en Europa hasta el siglo XVI.

En un principio, contaba con diez meses: marzo, por el dios Marte; abril, porque es cuando “abre” la primavera; mayo, por el dios Júpiter; junio, por la diosa Juna; quintilis, por ser el quinto mes; agosto, por el soberano Augusto; septiembre, por ser el séptimo; octubre, el octavo; noviembre, el noveno, y diciembre, el décimo.

Luego se agregaron dos meses más para que coincidiera el ciclo astronómico: enero, dedicado al dios Jano, y febrero, dedicado a las “fiebres” de la época por el fin del invierno. Finalmente, se cambió el nombre del mes quintilis por “Julio” en honor a la memoria de Julio César.

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Durante la Edad Media se determinó que el punto de partida de este calendario sería el nacimiento de Jesucristo. Sin embargo, allá por el siglo XIII se advirtió que el calendario juliano no era exacto y tenía un desface de 10 minutos y 44 segundos por año.

Al principio no era tan perjudicial, pero mientras más pasaban los años, más se desfasaban las estaciones. En primavera seguía nevando y, aún más grave para la época, la fecha de Pascua empezaba a afectarse por ello. La luna llena que la anunciaba iba a dejar de aparecer.

Así pues, en el siglo XVI, el papa Gregorio XIII creó una comisión del calendario y consolidó el calendario gregoriano en 1580. Prácticamente era el mismo que el juliano, con algunas modificaciones para arreglar el desfase y evitarlo en el futuro. Dos años después, se implementó en los países católicos.

La gente se fue a dormir la noche del 4 de octubre de 1582 y amaneció diez días después, el 15. No es que hayan hibernado, sino que la implementación del calendario se comió esos días. Pobres de los que cumplían años durante esas fechas.

Desde entonces el calendario gregoriano se convirtió en un referente mundial, pues fue aceptado por la mayoría de los países. Incluso aquellas civilizaciones que tenían sus propios calendarios al final terminaron adoptándolo también.

En fin, todo ello para que esta noche, o a la hora que les toque en otra parte del mundo, brindemos por el comienzo de un mejor año.

¡Feliz 2024!

¡Atrévete a saber! Sapere aude!

@hzagal