Desde 1949 se celebra cada 8 de noviembre el Día Mundial del Urbanismo y, como hace 84 años, el tema prioritario del crecimiento de los centros urbanos del mundo es reflexionar y crear políticas públicas internacionales y locales para equilibrar expansión demográfica y medio ambiente.
El caso mexicano es singular en América Latina, ya que debido a su ubicación geográfica es territorio de paso migratorio hacia el norte del continente con todo lo que ello significa: fronteras como asentamientos irregulares, transculturización, reducción de la huella verde por expansión urbana, flujos identitarios, multiculturalidad y desigualdad social cada vez más profunda, sistémica y aguda.
En el reciente encuentro de urbanistas con el Objetivo de la Agenda 2030 de la ONU en materia de urbanismo, México presenta una serie de retos y desafíos en el programa: “las Ciudades Mexicanas. Tendencias de expansión y sus impactos”. Donde se han centrado los ejes de trabajo y estudio en temas transversales de la agenda urbana: crecimiento y expansión acelerada de las zonas urbanas con nuevas formas, dinámicas y necesidades de las familias, del concepto de vivienda y economía; la crisis climática y la profunda inequidad de género, discriminación social, educativa y económica en comunidades diversas en lo cultural, social, sexual e ideológico.
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La realidad del modelo urbano que México tiene actualmente es de los años 90, donde es disperso, inadecuado y en casos inapropiado para las tendencias mundiales de ciudad, medio ambiente, cambio climático y desplazamiento demográfico que estamos experimentando tras fenómenos como la crisis sanitaria pospandemia, las guerras y la migración. Es así como las recientes reuniones internacionales en América Latina sobre el urbanismo han planteado un programa llamado el 3C+LE que se resume en Modelo Urbano Alternativo más Compacto, Conectado y Coordinado, con programas de crecimiento limpio y equitativo que su tendencia sea disminuir la brecha social, atender la crisis climática y ambiental e incentivar el desarrollo económico local y colectivo encaminado a equilibrar la mancha urbana con el medio ambiente.
Con el objeto de poder disminuir la crisis climática con la expansión desmedida de la población de forma irregular por causas de migración, desplazamiento urbano por falta de recursos económicos por desigualdad social, la ONU ha marcado la urgente necesidad de estudios profundos en materia de movilidad, corrupción urbana en México, desigualdad de servicios y sobreexplotación de los espacios de reserva ecológica para crear políticas públicas en consecuencia y planes emergentes encaminados a la Agenda 2030 donde se prevé que el planeta entero sea 70% urbanizado y el responsable de producir casi el mismo porcentaje de las emisiones de carbono que tienen un efecto invernadero.
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Más del 65% de las personas que habitan las ciudades en el mundo lo hacen en zonas marginales e inseguras estructuralmente que se traduce en riesgos de vivienda, de salud, vulnerabilidad y violencia de género e inequidad de desarrollo social colectivo.
Uno de los temas que debemos conocer, escuchar, debatir, exigir y cuestionar de las y los candidatos para contender en cargos públicos en las elecciones del 2024 es su Programa de Coalición por la Transformación Urbana (CUT) que es la base de todas las demás políticas sociales de los gobiernos. Es urgente, emergente y necesario plantearnos que concepto, que forma y de qué manera estamos pensando en lo presente y futuro sobre habitar la ciudad de México y demás zonas urbanas.
Abramos la discusión: @salmazan71