ONU

El Sáhara Occidental, entre la autodeterminación y la autonomía

La República Árabe Saharaui Democrática fue una colonia española hasta mediados de la década de los 70 cuando se retiró de manera precipitada en mitad de proceso de descolonización.

Bandera saharaui y la bandera española / Foto: EFE
Escrito en OPINIÓN el

A mediados de marzo el presidente español, Pedro Sánchez, declaró que la propuesta de autonomía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental es “la más seria, realista y creíble”, una declaración muy controvertida dado que, desde la retirada de España del Sáhara Occidental en 1976, se había mantenido neutral ante el conflicto.

En un artículo anterior se explicó la situación de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) también conocida como el Sáhara Occidental. En resumen, la RASD fue una colonia española –que incluso llegó a ser una provincia de España— hasta mediados de la década de los 70 cuando se retiró de manera precipitada en mitad de proceso de descolonización. Tras la salida de España, Mauritania y Marruecos invadieron el territorio saharaui, sin embargo, poco después Mauritania se retiró y solamente Marruecos sigue reclamando soberanía sobre el territorio del Sáhara Occidental.

Antes de la retirada de España, se creó el Frente Popular para la Liberación de Saguia el-Hamra y de Río de Oro (Frente POLISARIO) grupo al que se le considera representante legítimo de la RASD y es apoyado por Argelia, rival histórico de Marruecos. La ONU tuvo que intervenir y en 1991 estableció una misión para conducir un referéndum en el que el pueblo saharaui decidiría entre la independencia o la integración con Marruecos.

A la fecha el referéndum no se ha llevado a cabo. La cuestión es que, a través de los años, Marruecos ha transferido población a los territorios saharauis y ha presionado a España a través de ofrecerle “garantías” con respecto a la inmigración marroquí a territorios españoles y la disposición de respetar la integridad territorial española, refiriéndose a las aguas de las Islas Canarias y a las ciudades de Ceuta y Melilla.

Actualmente, la propuesta con más peso es la del referéndum de la ONU de 1979 en el que se pedía a Marruecos poner fin a su ocupación militar del Sáhara Occidental y a negociar con el Frente Polisario la autodeterminación del pueblo saharaui, acuerdo que Marruecos rechazó.

Desde 1991, la ONU tiene una misión en la RASD llamada Misión de Naciones Unidas para el referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO), la ONU ha hecho variaciones a su propuesta original a través de las décadas y fue en 2007 cuando solicitó a ambas partes presentar sus propuestas para la solución del conflicto. Marruecos presentó el plan para dar autonomía al Sáhara Occidental, mientras que el Frente Polisario decidió inclinarse por la propuesta original de autodeterminación hecha por la ONU décadas antes.

Entre presiones por parte de Marruecos hacia el Gobierno español y la necesidad de buscar fuentes alternativas de combustibles ante la coyuntura actual debido a la invasión rusa a Ucrania, parece que Sánchez decidió dejar de lado la postura histórica de apoyo a una solución política justa, duradera y aceptable para todas las partes y más bien decidió inclinar la balanza en favor de Marruecos. Sin embargo, su postura fue rápidamente condenada tanto por el Frente Polisario como por políticos y expertos en derecho internacional españoles como Carlos Ruiz Miguel, quien calificó la postura de Pedro Sánchez como “derrotista” y como “profundamente equivocada y de extrema gravedad en la forma y en el fondo”.

Ahora bien, ¿Cuál es la diferencia entre estas dos propuestas? La clave se encuentra en la definición de los conceptos de autodeterminación y de autonomía:

La autodeterminación se refiere al derecho que tienen los ciudadanos de un territorio determinado a decidir sobre su futuro estatuto político. El Frente Polisario, como legítimo representante del pueblo saharaui, busca la autodeterminación desde la década de los 70, propuesta que se ve representada por el referéndum de la ONU.

Por su parte, la autonomía se trata de la capacidad de decidir sobre algunos aspectos, pero en otros más estratégicos no. Así, la propuesta de Marruecos lo que pretende es permitir que el Sáhara Occidental decida sobre temas administrativos, económicos, fiscales, de infraestructura, de explotación de recursos, cultura y medio ambiente; pero tendría la soberanía para imponer su bandera, su moneda, para decidir sobre asuntos religiosos, relaciones exteriores, de seguridad nacional, entre otras cuestiones relevantes.

La declaración del presidente español para los saharauis revivió el abandono que sufrieron en 1975, cuando España se retiró del territorio en mitad de proceso de descolonización dejando a su suerte al pueblo saharaui, lo que propició la invasión de su territorio por parte de Mauritania y Marruecos.

Con esta declaración, España da la espalda nuevamente al pueblo saharaui. Afortunadamente, como menciona el Partido Popular de España, “La política exterior española no es cosa de un hombre, es cosa de España y, en este momento, la política exterior con respecto al Sáhara la ha marcado exclusivamente una persona”.

Se tiene previsto que el presidente del Gobierno español visite Marruecos el día de hoy para reunirse con el rey Mohamed VI. No obstante, Sánchez viajará sin el apoyo de los otros partidos españoles quienes piden enmendar el error y apoyar el referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui. De prosperar la propuesta marroquí, el mundo estará optando una vez más por favorecer la dominación colonialista a cambio de inclinar la balanza geopolítica en favor de Europa.

Jeziret Gallardo

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