Neoliberalismo ¿Qué es y para qué funciona?

Los cambios que se observan a nivel mundial son de tal velocidad, profundidad y de carácter genérico y global que generan nuevos problemas.

En opinión de los neoliberales, el desempleo y la inflación fueron causados por la creciente participación económica del Estado / Pixabay / Ilustrativa
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A mediados de la década de los 70´s del siglo pasado, un fantasma recorre el mundo. Contrariamente a lo que pensó Karl Marx, no fue el del comunismo sino el del neoliberalismo. En la década de los 80 este fantasma se materializa y desde los centros de poder se lleva a cabo con mucho éxito un proceso de convencimiento hacia el resto del planeta en el sentido de que el capitalismo globalizado, el neoliberalismo como proyecto, la democracia como régimen de gobierno y la revolución tecnológica que establece la sociedad de la información, constituye el mejor de los mundos. Este proyecto se ve coronado con la implosión de las sociedades regidas por el socialismo real, que tiene tal fuerza e impacto que se comienza hablar de la muerte de las ideologías y del fin de la historia (Fukuyama Francis).

En una primera lectura el neoliberalismo se nos presenta como una escuela de pensamiento económico que enfatiza la utilización de las fuerzas del mercado como instrumento principal para incrementar el bienestar de la población y que pone especial énfasis en la importancia de las libertades individuales. Es importante, entender que el neoliberalismo no es sólo una receta de fórmulas de política económica, sino que es un proyecto político y económico que trastocó todas las relaciones entre Estado y sociedad. Es decir, el elemento central del proyecto neoliberal es la redefinición del papel del Estado en la economía.

Su inicio lo podemos ubicar con los gobiernos de Margaret Thacher (1979-1990) en Gran Bretaña; Ronald Reagan (1981-1989) en los Estados Unidos; Helmut Khol en Alemania (1982-1998) y Jacques de Larosiére (1978-1987) en el Fondo Monetario Internacional y de ahí al resto del mundo. Su coronación, la caída del muro de Berlín y la transformación de la ex Unión Soviética.

En opinión de los neoliberales, el desempleo y la inflación fueron causados por la creciente participación económica del Estado y la voracidad de los sindicatos, ya que entre ambos actores obstruyen el libre juego de las fuerzas del mercado. Con este diagnóstico, recomiendan una reducción del gasto público, reducciones salariales, privatización de empresas estatales, despido de personal, desmantelamiento de contratos colectivos, redimensionamiento de sindicatos, apertura comercial, estímulos a la inversión extranjera, combate a los evasores fiscales, lucha contra la corrupción y el combate a la inflación es colocado como condición previa indispensable para retomar el crecimiento económico, la modernización tecnológica y la distribución de la renta.

El Estado neoliberal, entrega a los grupos pudientes las herramientas de la economía promoviendo la libre concurrencia tanto de capitales nacionales como extranjeros. Este Estado, no interfiere con los ciudadanos siempre y cuando los ciudadanos respeten las reglas del juego y sobre todo, paguen impuestos para que el estado pueda atender las necesidades colectivas y así evitar el estallido social.

Desde un punto de vista económico, el neoliberalismo consta de:

  1. Disciplina fiscal e inflación baja.
  2. Redirección del gasto público hacia tres rubros: salud, educación e infraestructura.
  3. Reforma fiscal que permita una base amplia de contribuyentes.
  4. Liberalización de tasas de interés.
  5. Tipo de cambio determinado por el mercado.
  6. Liberalización comercial y libertad de empresa.
  7. Apertura de los flujos de inversión extranjera directa.
  8. Privatización.
  9. Desregulación de la economía.
  10. Garantizar el respeto a los derechos de propiedad.
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¿Qué es la globalización?

Por su parte, la globalización es un complejo sistema de interdependencias donde los espacios locales, regionales y globales se entretejen, las actividades sociales, económicas y culturales se reordenan, el tiempo se acorta y los estándares de producción al igual que los patrones de consumo se uniforman.

El primer antecedente de la hoy llamada globalización es la constitución del Acuerdo General sobre Tarifas y Aranceles (GATT), firmado en Ginebra y que entró en vigor en 1948. El GATT estuvo vigente casi medio siglo. El método de negociación fue a través de rondas multilaterales. En la última de estas rondas, la de Uruguay, nació la Organización Mundial de Comercio (OMC), organismo multilateral con estructura propia y sede en Ginebra, encargada de velar por la libertad de los intercambios internacionales.

Las funciones principales de la OMC son administrar y fomentar los objetivos de los acuerdos comerciales multilaterales actuales y futuros, servir de foro para las negociaciones comerciales multilaterales entre los países miembros, gestionar el sistema de arreglo de diferencias entre países, administrar el mecanismo de evaluación de políticas comerciales y ayudar al logro de los objetivos de la ONU.

La globalización, es una nueva manera muy rápida de intercambiar información, mercancías y recursos financieros de una manera hipersensible, interdependiente, asimétrica. Es un proceso de integración política, económica y social que tiene lugar entre los países donde predomina la ideología neoliberal y sus principales vertientes radican en el comercio internacional, la inversión extranjera directa y los flujos del mercado de capitales. Algunas de sus características son: a) el neoliberalismo como ideología; b) el inglés como lengua franca; c) la revolución informática y d) sistema financiero internacional.

Por democracia, se entiende una forma de gobierno en la que el poder no está concentrado en una sola persona o institución sino que se encuentra distribuido en diferentes grupos e instituciones colegiadas y en donde el Estado garantiza a los ciudadanos derechos y libertades fundamentales. Esto es, una democracia razonablemente representativa sólo puede existir, nos dice Robert Dahl[1], si están presentes al menos las siguientes garantías constitucionales:

  1. Libertad para constituir organizaciones.
  2. Libertad de expresión.
  3. Derecho al voto.
  4. Elegibilidad para el cargo público.
  5. Derecho de los líderes políticos a competir por el voto.
  6. Fuentes alternativas de información.
  7. Elecciones libres y limpias.
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En una definición minimalista podemos definir como democráticos a todos aquellos regímenes que celebran elecciones en las que la oposición tiene alguna oportunidad de ganar y que pasadas las elecciones se cuente con un conjunto de procedimientos y reglas para tomar decisiones colectivas de modo que estas decisiones puedan ser aceptadas y vinculantes para todos.

La sociedad de la información es producto de la Tercera Revolución Industrial, se caracteriza por la abundancia de datos; la instantaneidad con que se transmiten; capacidad para recibirlos casi desde cualquier parte si se cuenta con la infraestructura tecnológica adecuada que permita la conectividad y la posibilidad para que cada quien coloque allí sus propios contenidos (blogs).

La sociedad de la información tiene como columna vertebral a Internet, aunque en ella convergen los medios de comunicación tradicionales. Es una convergencia acelerada entre la microelectrónica, las telecomunicaciones, la radiodifusión, los multimedios y las tecnologías de la información y comunicación. Con ello, transforma la cultura, la educación, los negocios y el entretenimiento, es decir, se presenta como una nueva forma de organización social, más compleja y una nueva forma de opinión pública.

A poco más de 30 años de distancia, ciertamente las ideologías no fallecieron y la historia sigue sus múltiples cursos, pero estamos inmersos en un contexto que presenta como principales rasgos la globalización de la economía y la política; una revolución tecnológica que establece la sociedad de la información; nuevas reglas en el comercio internacional y una brutal competencia por los mercados; cambios muy importantes en las políticas sociales de los gobiernos y la aceptación casi mundial de la democracia como único régimen legítimo de gobierno, así como la aceptación del multiculturalismo. Esto es, tenemos un contexto neoliberal, globalizado, democrático, informático y multicultural, en el que aparentemente, surge una nueva casta dominante, integrada por los grandes dirigentes empresariales de la industria y de los servicios, en alianza con algunos altos funcionarios del Estado y privilegiados de los medios de difusión e información. De hecho, Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, acuñó el término de "capitalismo entre cuates" (crony capitalism) para describir el trato preferencial y privilegiado que algunos empresarios reciben del gobierno, lo que distorsiona la competencia y acentúa las inequidades.

Sin embargo, después de las crisis regionales que comenzaron con la crisis mexicana de 1994, seguida por la crisis del sudeste asiático en 1997, por la rusa en 1998, la brasileña en 1999, la argentina en 2001, la crisis mundial de 2008/2010 y la de 2015 iniciada por Grecia y potencializada por China, se configura un cuadro de agotamiento del neoliberalismo globalizado, democrático y multicultural, que tiene su expresión en nuevos movimientos sociales. Si bien agotamiento no quiere decir muerte, es claro que hay una serie de medidas o corrientes que están tomando fuerza para tener formas de regularización y participación del Estado. Es decir, de todo para el Estado, pasamos a menos Estado y más mercado y ahora, a menos Estado, menos mercado y más sociedad. Afirma Lipovetsky[2]: "El Estado retrocede, la religión y la familia se privatizan, la sociedad de mercado se impone: ya solo quedan en la palestra el culto a la competencia económica y democrática, la ambición de la técnica, los derechos de los individuos. Lo que hay en circulación es una segunda modernidad, desreglamentada y globalizada, sin oposición, totalmente moderna, que se basa en lo esencial en tres componentes axiomáticos de la misma modernidad: el mercado, la eficacia técnica y el individuo".

Los cambios que se observan a nivel mundial son de tal velocidad, profundidad y de carácter genérico y global que generan nuevos problemas. La situación actual se distingue del pasado inmediato por la redefinición de espacios, intereses y demandas de los sujetos sociales así como por el desmantelamiento de las bases funcionales, jurídicas y sociales de la sociedad tradicional. El caos, el riesgo, el azar y la incertidumbre, son los nuevos problemas de principios de siglo.

Bajo este telón de fondo, se genera una nueva realidad; de tal suerte que las pugnas económicas se dan ahora entre las distintas variedades de capitalismo y el debate ideológico y político se entabla en el campo del liberalismo y las modalidades de democracia en un marco multicultural y de la sociedad de la información. En este estado de situación, los procesos políticos, económicos y sociales cambian de escenario, de actores y de reglas, generando una complejidad que es necesario entender, analizar y explicar. "Hace 20 años, el concepto posmoderno aportaba aire fresco, sugería algo nuevo, una encrucijada decisiva. Hoy ha quedado algo anticuado\u2026 Precisamente cuando triunfan las tecnologías genéticas, la globalización liberal y los derechos humanos, la etiqueta posmoderno se ha marchitado, ha agotado su capacidad de expresar el mundo que se anuncia". (Lipovetsky Gilles. Op.cit).

La serpiente, en pleno acto de contrición, observa la iridiscencia.

[1] Dahl, Robert. La poliarquía. Edit. Tecnos. 1997.

[2] Lipovetsky, Cuilles. Los tiempos hipermodernos. Edit. Anagrama. 2006.