HISTORIAS DE VIDA

Víctor Loredo: en Islas Marías volví a renacer

Historias, como las que relatan Víctor, Lucrecia y Arcadio, dan cuenta que no todo era sombras detrás de los muros de agua.

Víctor y Lucrecia. A la izquierda en la calle Morelos de Puerto Balleto, Islas Marias, en lo que ahora son los hostales del centro turístico. A la derecha en Playa Chapingo.
Víctor y Lucrecia. A la izquierda en la calle Morelos de Puerto Balleto, Islas Marias, en lo que ahora son los hostales del centro turístico. A la derecha en Playa Chapingo. Créditos: Especial
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A lo largo de 114 años, internos como Pancho Valentino, "El Matacuras"; José Ortiz Muñoz, "El Sapo" y José Revueltas o colonos como Juan Manuel Martínez Macías, mejor conocido como el "Padre Trampitas", y la madre Mariquita, escribieron una historia de vida; historias que en la mayoría de las ocasiones pintaban un panorama sombrío sobre lo que significaba estar recluido en las Islas Marías.

No obstante, historias, como las que relatan a MVS Noticias, Víctor, Lucrecia y Arcadio, dan cuenta que no todo era sombras detrás de los muros de agua.

Víctor Manuel Loredo Gaona fue sentenciado en Estados Unidos a ocho años de prisión por delitos contra la salud, de los cuales seis años los compurgó en las Islas Marías a las que ingresó el 7 de junio de 1994.

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Menciona que su estancia en la colonia penal tuvo sus altas y sus bajas; no obstante, refiere que su experiencia fue buena, pues “se dieron bonitas cosas en un lugar que tenía mala fama”.

Me fue muy bien, hubo momentos tensos, a lo mejor hubo momentos de castigo, al final entendí que realmente me reconcilié con todos esos demonios que a veces carga uno. Todavía sigue siendo mi filosofía, partimos que todos merecemos una segunda oportunidad y no juzgamos a nadie, ya habrá alguien que nos juzgue y todos han sido juzgados, al menos por la mano del hombre. Logramos pasar esa prueba, esa fue una parada en el camino”, indicó.

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Víctor Manuel es originario de Matamoros, Tamaulipas; sin embargo, se reconoce como isleño, por lo que regresará las veces que sea necesario al lugar que lo vio renacer.

“Yo, realmente, respiro Islas Marías porque allá volví a renacer y por eso regreso cada vez que puedo, lo tengo muy grabado y ya no puedo cambiarlo, ni quiero cambiar, me tocó conocer gente sanguinaria, gente que tenía muchas muertes, secuestradores y de lo peor. Pero, la mayoría de los amigos que ahora tengo, finísimas personas, las conocí allá, porque allá anda uno sin máscaras, no hay sociedad a quien demostrarle lo contrario”.

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Al cumplir su condena, Víctor Loredo recuperó su libertad el 19 de diciembre del 2000, tras lo cual se casó con la maestra Edén Lucrecia Félix Siqueiros, quien llegó a Islas Marías en noviembre de 1999 para apoyar en las labores de educación especial que se impartía a los niños.

“Había muchas cosas hermosas, sí tuvimos algunas dificultades cuando anduvimos de novios, él era interno y yo una empleada, había medio reglas que las respetaban a la mitad, tanto los de gobierno como los demás, pero seguíamos las reglas y tratábamos de no brincarlas, pero sí tuvimos algunas dificultades hasta que salí y él salió y ya se dio todo lo demás. Nunca fui molestada por gobierno, ni por los internos, siempre fui muy respetada, muy cuidada”.

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Lucrecia menciona que su estancia de un año en el centro penitenciario, el cual abandonó en noviembre del 2000, también le dio la oportunidad de conocer a gente buena.

“Yo conocí mucha gente buena, entre ellos una persona que no sé su nombre porque le decían Don Grillo. Cuando yo llego a la isla, él me ayudaba con los mandados, Mariquita lo mandaba a dejarme el desayuno o hablarme, me llevaba comida. Don Grillo siempre estuvo ahí, una persona muy amable para mí, él iba por situaciones diferentes estuvo ahí en Islas Marías que a mí no me interesan, nunca le pregunte por qué estaba ahí”.

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Después de 50 años, Arcadio García Loya logró hacer su sueño realidad, regresar al lugar en el que vivió parte de su niñez y adolescencia.

Recuerda que llegó a las Islas Marías en el año de 1968, luego de que su padre Eduardo García fue sentenciado a 23 años de prisión por asesinar a policías, de los cuales solo compurgó nueve años y medio por buena conducta.

 Arcadio García regresó en marzo de 2023 a Islas Marias donde vivió parte de su infancia

En el año de 1973 salió de la isla para viajar al continente y visitar a su abuela. A su regreso recibió la mala noticia: ya no podía ingresar al centro penitenciario, debido a que “el director ya no quería muchachos grandes, pues se vuelven muy vagos”.

“Era mi sueño, era mi sueño volver, pero antes de que fuera centro turístico no había esperanzas, pero cuando yo me di cuenta que se hizo centro turístico, dije: probablemente si pueda yo volver a las Islas Marías”

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A pesar de las carencias y de que trabajaba como si fuera un preso en las obras de ampliación de la carretera para ganarse un peso diario, Arcadio asegura que fueron años muy felices en la isla al lado de sus padres, de sus cinco hermanos y de sus amigos.

“Fueron años muy felices, por cierto, muy felices porque estábamos la familia completa. Trabajamos mucho, sí, con muchas carencias, pero estábamos juntos, estábamos felices. Veníamos a jugar a unas canchas que estaban aquí atrás, que ya no existen, basquetbol o jugábamos a los encantados, a la roña, juegos de niños, muy a gusto, mucha felicidad”.

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La experiencia de vida de Víctor, Lucrecia y Arcadio es tan sólo un breve capítulo de las miles de historias que se fueron anudando en una larga cuerda que dejó su huella en las calles y muros de lo que en otra época fue el temido Infierno del Pacífico.