Save The Children presentó el estudio denominado “Revertir el riesgo y la tristeza, un asomo a la realidad de las personas migrantes haitianas en México”, en el cual se dio a conocer que 4 de cada 10 niños, niñas y adolescentes migrantes, tienen estrés, dificultad para dormir y 1 de cada 4 han dejado de jugar, además que la mayoría de ellos ha pasado hambre durante la travesía, incluyendo en su estancia en el país.
De acuerdo Ana Laura Nava, integrantes de esta organización en este sondeo participaron más de 600 personas haitianas quienes se encontraban viajando con niños niñas y adolescentes en Tapachula, Palenque, Tenosique, Ciudad de México, Tijuana y Reynosa; la mayoría de los padres migran en 7 de cada 10 casos por inseguridad, para llegar a Estados Unidos o por ser víctimas de persecución, los NNA en su mayoría manifestaron que sus familias no hablaron con ellos sobre la travesía, el hecho de migrar o dejar su entorno para salir de su país.
Los principales delitos que sufren estos núcleos familiares de acuerdo a la investigación presentada por esta organización, son robo con violencia, abuso de autoridad, violencia física, sexual; 91.9% de los haitianos que fueron víctimas de estos delitos decidieron no denunciar principalmente por desconocimiento de dónde hacerlo.
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De acuerdo a David Calderón, director de calidad, innovación e impacto de esta organización, la realidad de los menores migrantes de esa nacionalidad es que no juegan, tienen estrés y han sido relegados al negárseles la posibilidad de asistir a la escuela.
De acuerdo a Maripina Menéndez, CEO de STC en México, es urgente la creación de una política pública para atender el trauma de estos menores y adolescentes, cuya historia futura puede modificarse al salvarlos del analfabetismo, la malnutrición, la apatridia y la falta de oportunidades.
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Nashelly Rodríguez, titular de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, comentó que actualmente los albergues están saturados en el doble de su capacidad y el 89% de la población que los habita son haitianos, además se estima que el doble de estos podría estar en las calles sin oportunidades de conseguir un techo. Finalmente lamentó que haya muy poco intentos por parte de los gobiernos expulsores para resolver el problema de la niñez y adolescencia migrante y su inclusión en los países que los albergan.