Jóvenes y niños, principales víctimas de la contaminación del río Santiago

Las afectaciones a la salud de los pobladores cercanos a uno de los cauces más contaminados del país son enfermedades como la insuficiencia renal, cáncer y afecciones cardíacas.

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La contaminación del río Santiago en Jalisco, especialmente por las descargas industriales que comenzaron hace casi 40 años, tiene entre sus víctimas principales a jóvenes y niños de entre los 12 y 30 años.

Las afectaciones a la salud de los pobladores cercanos a uno de los cauces más contaminados del país son enfermedades como la insuficiencia renal, cáncer y afecciones cardíacas, pero también malestares diarios como dolores de cabeza, garganta y ojos irritados.

A unos 30 kilómetros de Guadalajara y considerado dentro de la zona metropolitana, se encuentra el municipio de El Salto, presumido por el ayuntamiento como una ciudad industrial, pero padecida por sus habitantes.

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Al adentrarse al municipio es muy fácil encontrar personas enfermas, donde los vecinos dicen conocer a alguien.

Uno de los afectados es Jesús, de 29 años de edad, el cual tiene su casa a unos 700 metros del río y ahí ha vivido siempre, quien fue diagnosticado con insuficiencia a los 14 años; hace cuatro logró acceder a un trasplante, pero apenas en noviembre del año pasado también le detectaron cáncer.

Por otra parte, Daniel, de 30 años, tiene también insuficiencia renal, a quien se le detectaron a los 21 años. Comenzó con dolores insoportables de cabeza y con la presión alta.

Hace cinco años tuvo la oportunidad de acceder a un trasplante de riñón, aunque con el apoyo de una asociación en una hospital particular, ya que si se hubiera esperado a la atención pública piensa que ahorita ya no estaría vivo.

Jesús y Daniel además de haber costeado sus tratamientos, tienen otras coincidencias, ambos estudiaron en escuelas primarias a menos de 10 metros del río, muchos de sus compañeros también están enfermos, algunos han muerto por cáncer o insuficiencia renal.

Jesús estuvo en la escuela Las Ortiz, a menos de 100 metros de la escuela primaria mártires del río Blanco, donde estudió Daniel, y la cual fue cerrada hace cinco años por la contaminación del afluente.

De acuerdo con Arquímedes Flores, integrante del Colectivo Un Salto de Vida, aunque el 80 por ciento de los desechos que se tiran al río son domésticos, solo un 20 por ciento es responsable de la contaminación; mientras que la industria a la inversa causa el 80 por ciento de esta.

Desde este colectivo consideran que el saneamiento del río Santiago es importante, pero saben que eso se logrará en muchos años, por eso exigen que lo urgente y prioritario sea la atención de los enfermos.

Doña Mary, de 70 años, es otra de las afectadas, aunque ella es pobladora de Juanacatlán, vive a unos 200 metros del río y sus afecciones las padece desde hace años, pero se complican cada vez más.

El desgaste que presentan sus pobladores ante la necesidad de trasladarse constantemente a Guadalajara, un trayecto de más de dos horas, por la falta de atención médica en algún lugar más cercano, los hace exigir hoy a la autoridad estatal un hospital de especialidades cercano a sus municipios.