En protesta por la negativa del gobernador de Campeche, Carlos Miguel Aysa González, a autorizar el incremento a las tarifas del transporte público, empresarios paralizaron el 50 por ciento de las unidades que brindan el servicio en la ciudad capital.
Miles de usuarios se vieron afectados debido a la reducida flota de camiones que circularon en las diferentes rutas. Como medida de presión, unas 50 unidades fueron estacionadas en las inmediaciones del Centro de Convenciones para exigir que el gobierno acceder a la petición de al menos 12 empresarios transportistas que tiene concesionado el servicio.
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Los empresarios señalaron que los altos costos del diésel y las refacciones no permiten que la actividad sea sostenible con las tarifas vigentes. Recordaron que desde hace seis años no se ha registrado un incremento. Actualmente el precio del pasaje se encuentra en siete pesos general y en cuatro pesos para niños, personas de la tercera edad y estudiantes. El recorte a las unidades que brindan el servicio continuará de manera indefinida, advirtieron los transportistas.
Los usuarios se oponen al incremento, pues aseguran que el servicio que ofrecen no es de calidad, las unidades presentan un deterioro importante y los choferes maltratan a los pasajeros.