China y Estados Unidos, tradicionalmente enfrentadas por el crónico superávit comercial chino, acercaron este jueves posturas con la firma de acuerdos por valor 253 mil 500 millones de dólares, que podrían equilibrar la balanza comercial si se llevan a la práctica.
Se trata de la primera vez en que Donald Trump viaja al país asiático y lo hace en el marco de una visita oficial al presidente chino, Xi Jinping, quien lo ha recibido con máximos honores para discutir no sólo temas políticos, como la crisis norcoreana, sino también asuntos económicos.
La reunión que han mantenido este jueves en el Gran Palacio del Pueblo en Pekín ha sido escenario de distintos acuerdos entre compañías de los sectores energético, aeronáutico, agroalimentario o automovilístico, entre otros, que podrían ayudar a reconducir una actividad comercial que Trump considera “muy injusta” para Estados Unidos.
“Actualmente, (esta relación) es muy unilateral e injusta, pero yo no le culpo a China por ello. Después de todo, ¿quién puede culpar a un país de aprovecharse de otro para beneficiar a sus ciudadanos? Le doy mucho crédito por hacerlo”, proclamó Trump.
El presidente estadunidense lamentó que la balanza comercial entre ambos países ha sido durante “muchos, muchos años” injusta para su país, pero atribuyó la culpa a administraciones anteriores en Washington, por no haber sabido controlar el déficit excesivo.
Precisamente ayer las autoridades chinas publicaron los datos de comercio exterior del gigante asiático durante los diez primeros meses del año, que muestran que China registró un superávit con Estados Unidos en el comercio de bienes por valor de 233 mil millones de dólares, la segunda cifra más alta para ese periodo de los últimos años.
Aunque los acuerdos anunciados podrían atajar ese desequilibrio, una buena parte de ellos no son nuevos en realidad o son solo memorandos de entendimiento, por lo que podrían no llegar a fructificar en la práctica.
De lo que no se habló en la reunión fue del mayor acceso a los mercados financieros que Estados Unidos demanda a China, ni tampoco de las restricciones que el gigante asiático impone a las empresas extranjeras que operan en su territorio o buscan hacerlo.
El presidente Xi se mostró optimista, confirmó su compromiso con la apertura económica de China y con la cooperación entre los dos países, pero le pidió a su homólogo estadunidense que permita un mayor flujo de transferencia de tecnología y que más empresas chinas inviertan en ese país.
“Aumentaremos nuestra cooperación en comercio, especialmente en gas natural licuado, fuel, carne de vacuno o productos agrícolas, y promoveremos contactos en educación, cine y otros servicios”, prometió.
Entre los acuerdos destaca el alcanzado entre Boeing y el grupo China Aviation Supplies Holding, que le comprará 300 aviones por 37 mil millones de dólares para aumentar su capacidad y satisfacer así la creciente demanda del sector.
Los tratados fueron tildados por el presidente Xi como “buenos ejemplos del gran potencial y de la naturaleza de beneficio mutuo de la cooperación entre China y Estados Unidos”.
Trump, que se mostró muy agradecido por el recibimiento que ha tenido en Pekín, dijo que su administración “está comprometida en mejorar las relaciones comerciales y los negocios con China y está trabajando duro para que su relación sea justa y recíproca”.