CDHDF denuncia falta de información y mecanismos sobre afectaciones de sismos

El organismo subrayó la necesidad de dar certeza jurídica, ya que no existen mecanismos de información y no hay claridad en los trámites administrativos que deben seguir las personas damnificadas. 

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La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) realizó el pasado viernes 16 de marzo la primera audiencia pública con personas damnificadas del sismo del 19 de septiembre de 2017

En este marco, el organismo atendió a 133 participantes, en su mayoría mujeres, quienes ofrecieron 83 testimonios, haciendo énfasis en la falta de respuesta coordinada de las autoridades en sus diferentes niveles y ámbitos de responsabilidad y el lento proceso para la atención.

La CDHDF informó que el 8.5 de las personas perdió algún familiar o persona con quien compartía el inmueble y tuvo problemas para recuperar el cuerpo; y sobre la atención recibida después de los daños en sus inmuebles, 56.1 por ciento mencionó no haber recibido información por parte de alguna autoridad de la Ciudad de México sobre la situación jurídica del inmueble reportado. 

Además, el 23.2 por ciento tuvieron dificultades para comprender las instrucciones del registro de la Plataforma CDMX; y el 54.9 por ciento de las personas damnificadas no recibió información de parte de alguna autoridad sobre la manera de acceder a los recursos económicos para la reconstrucción. 

Ante ello, el organismo subrayó la necesidad de dar certeza jurídica, ya que no existen mecanismos de información, no hay claridad en los trámites, ni información de la situación de los inmuebles así como de los procesos administrativos que deben seguir las personas damnificadas para dar seguimiento a las afectaciones que sufrieron. 

Del mismo modo, denunció la falta de transparencia en la ejecución de los recursos para la reconstrucción y para contar con los apoyos económicos para las personas damnificadas, así como de estudios de la mecánica de suelo y subsuelo, que permita certidumbre en torno al estado que guardan algunas de las zonas de la Ciudad de México, en las que puede correrse el riesgo de que se sobrepasen los límites de la capacidad resistente del suelo.