La Secretaría de Obras y Servicios (Sobse) de la Ciudad de México concluyó la segunda etapa de demolición del Colegio Enrique Rébsamen, que resultó afectado por el terremoto del 19 de septiembre de 2017.
En un comunicado, la dependencia indicó que el centro educativo, ubicado en la intersección de Calzada de las Brujas y la calle Rancho Tamboreo, colonia Nueva Oriental Coapa, en la alcaldía de Tlalpan, sufrió colapso total en uno de sus cuerpos; ahí se llevó a cabo la demolición de la parte faltante del edificio que se derrumbó, así como el retiro de mil 100 metros cúbicos de escombro.
Se informó que esos trabajos fueron realizados con el apoyo de una cuadrilla que utilizó herramientas de oxicorte, palas, mazos, marros, una grúa y una retroexcavadora. Las tareas de desmantelamiento se realizaron de forma mixta, es decir, manual y mecánica, para garantizar la seguridad de los predios colindantes.
La sección autorizada para demolición de la escuela constaba de tres niveles de losas colapsadas, las cuales fueron seccionadas y con ayuda de la grúa fueron bajadas a nivel de banqueta para ser desmanteladas. Posteriormente, fueron transportadas en camiones de volteo hacía los sitios de disposición final, se indicó.
Las autoridades expusieron que las actividades de la segunda etapa de mitigación de riesgo tuvieron una duración de 17 días; en el lugar quedan dos edificaciones más. Previamente, en una primera fase, se retiró una parte de las losas colapsadas del edificio y se retiro el escombro.
Para garantizar la seguridad, un grupo de topógrafos desplegados en la zona monitoreó de manera constante el comportamiento de los inmuebles aledaños, mismos que no presentaron problemas, con lo que se garantizó la seguridad de los ciudadanos que viven y transitan alrededor de la escuela, se precisó.
La Secretaría de Obras y Servicios agradeció el apoyo de los vecinos y su apertura durante los trabajos; en todo momento, la Sobse cumplió su compromiso de reducir los tiempos de ejecución, mitigar el ruido y el polvo generados por la demolición para minimizar las molestias generadas.
Aunado a ello, se reconoce la sensibilidad de los padres de familia para coadyuvar con las labores realizadas.
Es importante destacar que durante los trabajos estuvieron presentes equipos de peritos supervisando las actividades. El agente del Ministerio Público correspondiente también acudió a supervisar los trabajos.
En el predio se conservaron dos edificaciones, mismas que aún no cuentan con la autorización de demolición por parte de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México.