La organización por los derechos de la infancia, Spes Viva, denunció una serie de irregularidades que han permitido que cuatro sacerdotes y un acólito pertenecientes al Seminario mayor de Atlacomulco, en el Estado de México, permanezcan impunes, a pesar de que existen denuncias penales en su contra por el delito de abuso sexual en contra de Joana, menor de 12 años, y quien por mucho tiempo fue víctima reiterada de estos hechos.
En conferencia de prensa, Joana Cruz Galván, quien actualmente tiene 19 años y estudia Derecho, que después de la denuncia el religioso encargado de las investigaciones Martín Martínez Sánchez, informó a los implicados que existían órdenes de aprensión en su contra.
Doroteo Idelfonso Santos, quien entonces fungía como rector del Seminario y es reconocido como uno de los abusadores, inicialmente fue absuelto por las autoridades y actualmente se le dictó ya una nueva condena, pero sus abogados interpusieron un amparo no sin antes ofrecer a Joana un millón de pesos para que se desistiera de la denuncia.
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La sobreviviente dijo que, hasta la fecha, ni a ella ni a su familia se les ha informado sobre la denuncia canónica y a pesar de que le aseguraron que el Papa Francisco analizaba personalmente este caso, tampoco se le ha comunicado su resolución.
Por su parte, Ana Lucía Salazar, activista y sobreviviente de abuso sexual por parte de un sacerdote, acusó al Estado de propiciar este tipo de delitos, debido a que los responsables permanecen impunes y muy rara vez son castigados.
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Finalmente el ex sacerdote Alberto Athié reconoció que la iglesia no atiende estos casos de manera adecuada a menos que exista presión mediática y por ello dijo, es urgente que reconozca que necesita ayuda para resolver y erradicar estos delitos.