En lo que va del año, más de 300 personas presas en Ciudad de México se han beneficiado con el Programa de Actividades de Pública Utilidad y Trabajo Penitenciario, el cual cuenta con asesoría de especialistas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
Además, cuentan con acompañamiento del Poder Judicial y la Secretaría de Obras y Servicios, ambos de la Ciudad de México, así como del Ministerio de Justicia de Italia.
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El subsecretario de Sistema Penitenciario, Hazael Ruíz Ortega, expresó que el objetivo de este programa es que las personas privadas de la libertad contribuyan con actividades de revegetación, mantenimiento de áreas verdes y recuperación ambiental, en espacios públicos de la ciudad, así como al interior de los centros penitenciarios.
Además, durante el tiempo que persista la emergencia sanitaria por el SARS-COV-2, han realizado actividades para enfrentarla, como sanitización y desinfección de áreas comunes al interior de los centros de reclusión y elaboración de productos de protección individual (cubrebocas, overoles y caretas de poliuretano).
Estas acciones, además, conllevan la prevención del delito, reinserción social y la disminución de la reincidencia delictiva.
En el desarrollo de esta última actividad, a la fecha, se han elaborado más 300 mil cubrebocas, que han sido distribuidos para su uso entre el personal penitenciario, la población privada de su libertad y sus visitantes.
Otra parte ha sido adquirida por la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México y la Unidad de Apoyo al Sistema de Justicia de la Secretaría de Gobernación.