El Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, expresó su respeto al movimiento zapatista surgido en Chiapas e hizo un llamado "fraterno" a terminar con la división.
De gira en esa entidad, en particular en la zona de Guadalupe Tepeyac, en Las Margaritas, subrayó que son respetables las diferencias entre el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que optó por las armas para buscar un cambio en el país, y el movimiento que él fundó, el cual siguió la vía pacífica y electoral y finalmente lo llevó a la Presidencia.
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"¿Qué tengo que decir acerca del movimiento zapatista? Que respetamos mucho ese movimiento, podemos tener diferencias pero somos respetuosos. En su comento, ese movimiento aportó bastante para que se conociera esta realidad", dijo, en referencia al abandono, marginación, discriminación y carencias en las comunidades indígenas de Chiapas y del país.
La recomendación al zapatismo, dijo, es a no seguir peleando, a poner un alto a las divisiones y a "hermanarse".
"Respetamos mucho al movimiento zapatista y mi recomendación fraterna, respetuosa, es de que no nos pelemos, de que ya basta de divisiones, que necesitamos unirnos todos. Como esa estrofa del himno de Chiapas, ¿a ver quién me la recuerda?, que se acabe esa odiosa venganza, que termine por siempre el rencor", recitó.
En un acto realizado en plena zona de influencia zapatista, donde realiza un recorrido por hospitales, y en el marco de las expresiones de rechazo a su gobierno por parte del Ejército Zapatista, recordó que durante muchos años, en los inicios de su carrera política y en el servicio público, trabajó muchos años en comunidades indígenas, por lo que pudo conocer de cerca su realidad.
Subrayó que cuando se dio el levantamiento armado del EZLN, muchos mexicanos pusieron atención a las comunidades indígenas del país, históricamente sometidas al abandono, injusticias y marginación.
López Obrador enfatizó que con el zapatismo se lograron "algunas mejoras".
Enfatizó en que a diferencia del Ejército Zapatista, el movimiento que él impulsó tomó la vía pacífica para transformar al país sin violencia, y pese a que en distintos procesos electorales "le robaron", le hicieron fraude, había "dados cargados y cartas marcadas", insistió hasta que la ciudadanía se cansó de aceptar prebendas por su voto.
En territorio zapatista, el primer mandatario se pronunció a favor de que se respeten las creencias religiosas, las libertades y que todos los mexicanos se "hermanen".