Isabel Miranda acusa a Mario Patrón de tráfico de influencias

La presidenta de Alto al Secuestro, Isabel Miranda, Patrón Sánchez se comprometió a conseguir que los Protocolos de Estambul, para beneficiar a Brenda Quevedo Cruz, una de las imputadas por el secuestro y homicidio de su hijo Hugo Alberto.

Escrito en NACIONAL el

La presidenta de la asociación Alto al Secuestro, Isabel Miranda de Wallace, denunció que Mario Patrón Sánchez, director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, busca utilizar su influencia con la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Nashieli Ramírez Hernández, para beneficiar a Brenda Quevedo Cruz, una de las imputadas por el secuestro y homicidio de su hijo Hugo Alberto.

La activista comentó que Patrón Sánchez se comprometió a conseguir que los Protocolos de Estambul que se les practiquen saldrán positivos, lo que “será la llave para salir de prisión”. 

Por ello, hizo un a llamado a Ramírez Hernández a no permitir que utilicen el organismo a su cargo de manera facciosa y dolosa y también pidió a la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús, fundadora del Centro Pro Juárez a que conmine a Mario Patrón a conducirse con ética y no lleve a cabo tráfico de influencias.

Isabel Miranda también llamó al presidente del Consejo de la Judicatura Federal, Luis Maria Aguilar Morales, para agilizar los procesos en los juzgados y tribunales, ya que “no es posible que no resuelvan de fondo los casos y estén emitiendo resoluciones a capricho de procesados ignorando los derechos de las víctimas del delito”.

La presidenta de Alto al Secuestro recordó que en los últimos tres años ha pugnado para que se desahogue una prueba de protocolo de Estambul para Juana Hilda González Lomelí, quien ya fue sentenciada en el 2011 por el asesinato de su hijo.

Agregó que curiosamente durante todo este tiempo nunca denunció ninguna tortura ni durante la investigación ni durante todo su proceso, sino hasta que Brenda Quevedo Cruz llegó a México y se encontraron en el mismo Penal, ambas planearon e instrumentaron una estrategia legal para inventar que fueron torturadas, y así tratar de evadir su responsabilidad.