El Papa manifestó su apoyo a la prevención de los riesgos de desastres y pidió involucrar a las poblaciones más vulnerables en la anticipación de estos fenómenos naturales, en una carta enviada el presidente de México, Enrique Peña Nieto.
El Vaticano dio a conocer, hoy, el texto que escribió, a nombre del pontífice, el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, y que fue dirigido al mandatario en su calidad de presidente de la Plataforma Global 2017 para la Reducción de Riesgos de Desastres, que tiene lugar en Cancún del 22 al 26 de mayo.
La misiva constató que uno de los principales desafíos a nivel mundial es la integración de las actividades para la reducción de los riesgos de desastres con el desarrollo humano integral, para la erradicación de la pobreza, la lucha contra la exclusión social, la adaptación a los cambios climáticos y su mitigación.
Ante este reto, destacó la necesidad de reforzar las actividades de prevención, educación y formación para reducir las pérdidas humanas, físicas y económicas causadas por los desastres naturales.
Estableció que estas tragedias son, a menudo, “derivadas de las incapacidades humanas de gestión y acentuadas por iniciativas humanas mal calibradas, que no tienen en consideración el justo orden de las prioridades”.
Por eso consideró urgente desarrollar la conciencia de que los riesgos presentados por los fenómenos naturales exigen de una verdadera toma de conciencia sobre las varias posibilidades de prevención.
“Son, a menudo, los más pobres las principales víctimas de los desastres naturales, que desestabilizan las economías y las sociedades más frágiles y golpean hábitats o ambientes ya de por sí precarios”, precisó.
De ahí, que solicitó involucrar a esas personas en procesos educativos y de concientización para reducir los riesgos.
Más allá de la prevención, el documento llamó a “analizar atentamente” las repuestas al impacto de los desastres naturales, que –dijo- van más allá de la asistencia material y deben considerar tanto la humana como la espiritual.
“Entre los daños derivados de los desastres naturales se deben considerar, también, las heridas interiores: el sufrimiento de quien perdió a sus seres queridos y de quien ha visto esfumarse los sacrificios de una vida entera”, explicó.
Para el Papa, es fundamental que las víctimas y las poblaciones más vulnerables en materia de desastres sean involucradas en la planificación de largo plazo, por eso afirmó que la capacidad de movilización de las comunidades locales no debería jamás ser subvalorada en situaciones de catástrofes.
“Es importante un cambio de mentalidad y de estilos de vida. Cuando tomamos en consideración el futuro de la humanidad, no podemos limitarnos a áreas específicas técnicas o sectoriales: estamos hablando de valores, de responsabilidades, de solidaridad compartida que afectan el bien de la entera familia humana”, añadió.
“Tengo el honor de enviar a todos ustedes y a todos los que toman parte a este importante encuentro los fervientes deseos de su santidad para que sus deliberaciones sean fecundas, confiando en que ellas conduzcan hacia esfuerzos consistentes al afrontar en manera cada vez más solidaria y compartida los desafíos que tenemos adelante”, ponderó.