Kamala Harris y Douglas Emhoff, hoy una de las parejas más visibles en la política estadounidense, comenzaron su historia de amor en una cita a ciegas. El encuentro fue coordinado en 2013 por una amiga en común, la productora de cine Reginald Hudlin. En ese entonces, Harris era fiscal general de California y Emhoff un abogado exitoso en derecho corporativo. Aunque Harris admite que al principio no estaba convencida de la idea, aceptó conocerlo y, desde la primera llamada, ambos sintieron una conexión especial.
Emhoff, que se refirió a Harris como "sexy" al conocerla, decidió llamarla esa misma noche, sorprendiendo a la fiscal, quien no suele responder llamadas personales durante el trabajo. La química fue instantánea, y después de su primera cita, ambos supieron que querían seguir compartiendo su vida juntos.
Un compromiso emotivo y una relación moderna
Un año después de iniciar su relación, Emhoff le propuso matrimonio a Kamala en su apartamento de San Francisco, un momento que Harris recuerda con gran cariño en su autobiografía Nuestra Verdad.
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La boda se celebró el 22 de agosto de 2014 en una ceremonia privada en la que estuvo presente la familia inmediata, incluidos los hijos de Emhoff, Cole y Ella, fruto de su anterior matrimonio con Kerstin Emhoff. Desde el inicio, Harris tuvo una relación cercana y cálida con sus hijastros, quienes cariñosamente la llaman “Momala”.
Una pareja moderna y unida
A diferencia de las estructuras familiares tradicionales, Kamala y Douglas han logrado una relación donde la armonía es prioridad. Harris ha declarado que no haber tenido hijos propios le permite disfrutar de sus hijastros y construir una familia donde ambos exponen y respetan sus trayectorias individuales y familiares.
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Con el respaldo de Emhoff, Harris ha destacado en su carrera, y si llega a la presidencia en 2024, su esposo asumirá el papel de primer caballero, un rol inédito en la historia de EE. UU.