Al viajar en avión, la mayoría de las personas siempre buscar estar cerca de las ventanas debido a las increíbles vistas que se pueden tener del cielo, las montañas o el mar, pero en un vuelo ocurrido a inicios de octubre en Londres, los pasajeros se alejaron de ellas, pues estaban rotas.
A pesar de que ya tiene poco más de un mes de que sucedió, la División de Investigaciones de Accidentes Aéreos de Reino Unido (AAIB) explicó la situación la semana pasada por medio de un reporte especial.
Ahí, las autoridades aseguraron que ya están investigando con el productor del avión, un Airbus A321, y con el operador para entender “completamente” las causas del incidente.
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De acuerdo con el boletín, la aeronave tenía programadas varios viajes ese día con una tripulación de tres pilotos, un ingeniero, un maestro de carga y seis personas del equipo de cabina.
En el primer vuelo, además de ellos, iban a bordo nueve pasajeros, clientes de la operadora de tours y de la compañía de viajes. Sin embargo, iban sentados justo en medio del avión.
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Después de despegar, los tripulantes comentaron que la cabina se sentía más frías y ruidosa de lo habitual, lo cual aumentaba, por lo que uno de ellos se acercó a las puertas superiores y se dio cuenta del daño que presentaba una ventana del lado izquierdo.
De inmediato, informó a la tripulación al mando, quienes revisaron la situación y afirmaron que, aun así, las condiciones de presión eran normales.
Sin embargo, se decidió regresar al aeropuerto de Stansted, aunque ya habían sobrepasado los 4 mil metros de altura.
A manera de precaución, el equipo de cabina les ordenó a los pasajeros mantener sus cinturones de seguridad y colocarse sus máscaras de oxígeno de ser necesario.
¿Qué rompió las ventanas del avión?
Al llegar sanos y salvos a Stansted, los pasajeros se mostraron menos preocupados, pero aún tenían la duda, junto con la tripulación, de por qué las ventajas estaban dañadas.
Tras la investigación inicial de la AAIB, se encontró que, un día antes del viaje, la aeronave se utilizó para filmar alguna producción en tierra.
Ahí, se usaron luces externas para simular que la luz del Sol traspasaba las ventanas, dando la ilusión de un amanecer.
Este proceso duró alrededor de cinco horas y media. Se cree que fueron las causantes del daño.
Aun así, la AAIB anunció que siguen investigando para entender qué sucedió con las ventanas rotas de este avión y evitar una situación similar en el futuro.