Al menos ocho personas, incluidos cinco niños, murieron este martes luego de una serie de ataques aéreos rusos contra una escuela en la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria, que alberga a civiles desplazados, según denunció el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
De acuerdo con la ONG con sede en Londres, el blanco de los ataques fue una escuela en la aldea de Jubass, en las afueras de la ciudad de Saraqib, en Idlib, el último bastión rebelde que queda en el país devastado por la guerra, reportó la cadena árabe Al Arabiya.
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Grupos yihadistas y rebeldes están presentes en la región de Idlib, que también alberga a unos tres millones de personas, la mitad de los cuales han sido desplazados de otras partes del país por el conflicto armado.
Las fuerzas progubernamentales lanzaron una violenta ofensiva en la provincia de Idlib en abril, matando a alrededor de mil civiles y desplazando a más de 400 mil personas de sus hogares.
En otro hecho sangriento, cinco personas murieron y otras 15 resultaron heridas tras la explosión de un coche bomba en el área de Salouk, en provincia de Raqqa, reportó la agencia siria SANA.
La explosión, registrada la víspera, causó severos daños materiales a casas y propiedades, tres edificios colapsaron más tarde debido al alto poder del estallido.