Pese a que una corte ordenó al gobierno federal reunificar a los casi tres mil niños migrantes separados de sus padres en la frontera, miles de ellos aún siguen detenidos sin sus familiares, denunció la organización Unión para las Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU).
En una declaración, la ACLU indicó que algunos de los miles de niños aún separados son incluso menores de cinco años de edad, lo que contraviene la fecha límite del 10 de julio impuesta por la corte al gobierno federal para completar estas reunificaciones.
“La administración de Trump no cumplió con la fecha límite de la corte del 10 de julio para reunificar a los niños menores de cinco años con sus padres. Miles de niños, incluidos menores de cinco años, permanecen bajo custodia del gobierno tras haber sido separados de sus padres”, aseguró la organización sin fines de lucro.
La ACLU denunció además que el gobierno exige que los padres que se reúnen con sus hijos deben usar monitores en los tobillos equipados con GPS mientras se procesan sus casos de asilo.
Estos dispositivos son muy onerosos y son empleados pese a que expertos los recomiendan solo cuando son absolutamente necesarios para garantizar la comparecencia judicial de las personas bajo juicio, de acuerdo con la ACLU.
Actualmente, el juez federal que ordenó al gobierno de Donald Trump reunir a los casi tres mil niños que separó de sus padres, dispuso que la administración evitara deportar, al menos hasta el próximo 23 de julio, a cualquiera de las familias que reunifique.
Pese a las órdenes judiciales a favor de los inmigrantes, la ACLU criticó que la información de parte del gobierno es aún escasa, por lo que exigió informes detallados sobre el proceso de reunificación.
La declaración de la ACLU fue emitida un día después de que dos médicos que trabajan para el gobierno federal consideraron que encerrar a familias completas, como alternativa a separar a los niños migrantes de sus padres, conlleva igualmente “un alto riesgo de daño” para los menores.
De acuerdo con un informe compartido por los expertos médicos al Senado federal, una serie de 10 investigaciones realizadas en los últimos cuatro años revelaron que con frecuencia la detención de padres e hijos “también representa un alto riesgo de daño para los niños y sus familias”.
En su opinión, ninguna precaución en los arrestos “pueda minimizar los daños creados por el solo hecho de confinar a los niños a los centros de detención”.