Once personas murieron y seis resultaron heridas cuando un hombre abrió fuego en una sinagoga de la ciudad de Pittsburgh el sábado, en lo que parece ser uno de los peores ataques antisemitas en la historia de Estados Unidos.
El presidente Donald Trump calificó el ataque como un “desquiciado acto de asesinato en masa”, denunciando el clima de “odio” en el país y el mundo.
“No debe haber tolerancia para el antisemitismo”, afirmó.
El atacante irrumpió en la sinagoga Árbol de la Vida durante una ceremonia por el nacimiento de un bebé. Tras un enfrentamiento con las fuerzas del orden, fue detenido y enviado a un hospital.
“Es probablemente el ataque más mortífero contra la comunidad judía en la historia de Estados Unidos”, dijo Jonathan Greenblatt, director nacional de la Liga Antidifamación (ADL), principal asociación estadounidense de lucha contra el antisemitismo.
El director de seguridad pública de Pittsburgh, Wendell Hissrich, dijo en una rueda de prensa que 11 personas murieron y seis resultaron heridas, incluyendo cuatro policías. Ningún niño fue asesinado.
Tenía un rifle de asalto y al menos tres pistolas, según las autoridades.
Hissrich había descrito antes la escena del tiroteo como “terrible”.
El atacante fue identificado por las autoridades como Rob Bowers, un residente de Pittsburgh de 46 años cuyas publicaciones en línea estaban repletas de comentarios antisemitas.