El gobierno cubano denunció este lunes una “campaña internacional” contra Venezuela dirigida por Estados Unidos para desconocer “la voluntad” del pueblo venezolano, expresada en las urnas el domingo al elegir una Asamblea Constituyente impulsada por el presidente Nicolás Maduro.
“Cuba denuncia la puesta en marcha de una bien concertada operación internacional, dirigida desde Washington, con apoyo del secretario general de la OEA, destinada a silenciar la voz del pueblo venezolano, a desconocer su voluntad, a imponerle la rendición mediante ataques y sanciones económicas”, señaló la Cancillería en una declaración.
El gobierno de Maduro, aliado político y económico de La Habana, anunció que 8 millones de personas participaron en los comicios, 41,5% del padrón electoral. La oposición no participó al considerar que el proceso es “fraudulento” y servirá para que el mandatario se perpetúe en el poder.
La mayor parte de los países latinoamericanos y la Unión Europea no reconocen las elecciones. Estados Unidos, además, calificó a Maduro de “dictador” y le aplicó sanciones jurídicas y financieras.
“El gobierno de los Estados Unidos, por su parte, ha impuesto directamente al presidente constitucional Nicolás Maduro Moro sanciones insólitas, violatorias del derecho internacional y arbitrarias, que repudiamos”, precisó.
Cuba se suma a El Salvador, Bolivia y Nicaragua, que también han dado su respaldo a Venezuela.
“Reiteramos nuestra inquebrantable solidaridad con el pueblo y el gobierno bolivariano y chavista, y con su unidad cívico-militar que lidera el presidente constitucional Nicolás Maduro”, subrayó la Cancillería.
“Venezuela se volcó a las urnas como nunca antes había ocurrido en un proceso constituyente”, apuntó el gobierno.
En su opinión el pueblo venezolano “desafió los tranques, las guarimbas, los sabotajes económicos y las amenazas internacionales” y derrotó con sus votos la estrategia del imperialismo y las oligarquías y de una oposición que no ha titubeado para desatar las expresiones más brutales de crueldad”.
Venezuela atraviesa una severa crisis económica, además de sufrir una profunda escasez de medicinas y alimentos y una inflación que el FMI proyecta en 720% para este año.
Desde hace cuatro meses, una ola de protestas exigen la salida de Maduro y la celebración de elecciones. En este tiempo han muerto más de 120 personas.