Donald Trump defiende este martes su política de “Estados Unidos primero” en un anticipado primer discurso ante el Congreso, en medio de llamados de legisladores que piden claridad de acción a la Casa Blanca tras un caótico primer mes de gobierno.
Poco después de las 21H00 de la noche (02H00 GMT del miércoles), el mandatario entrará en el hemiciclo de la Cámara de Representantes del Capitolio, donde también acudirán ministros, senadores, congresistas y magistrados de la Corte Suprema.
El joven gobierno de Trump ha puesto la seguridad nacional en el centro de su programa: prohibición de entrada a refugiados, muro fronterizo, mano dura contra indocumentados y un aumento de 10% en el presupuesto militar.
Ante el Congreso, el presidente también tendrá la oportunidad de ofrecer una guía de su administración alrededor de la amplia reforma del sistema impositivo y el diseño de un nuevo sistema de salud pública, dos de sus promesas de campaña.
Trump se enfocará en “resolver los verdaderos problemas de la gente verdadera”, dijo un alto funcionario, anticipando un discurso centrado en la “oportunidad económica”.
El mandatario ha roto todas las convenciones políticas y muchos se preguntan si seguirá la ensayada coreografía del discurso o si se desviará del ritual, improvisando segmentos de su mensaje, como hizo tantas veces durante la campaña electoral.
– ¿Cambio en inmigración? –
“Todo lo que puedo hacer es hablar desde el corazón y decir lo que quiero hacer”, dijo el mandatario en una entrevista antes del discurso a Fox News.
En un cambio radical, Trump dijo a presentadores de televisión el martes en la Casa Blanca que podría apoyar una reforma que ofrezca regularizar a millones de inmigrantes indocumentados, aunque no quedó claro si incluirá ese tema en su alocución en el Congreso.
“El tiempo es oportuno para una ley migratoria mientras haya acuerdo de ambas partes”, dijo a los presentadores, según testigos de la conversación que pidieron no ser identificados.
Trump desplegó un duro discurso antiinmigrante durante la campaña, dirigido particularmente contra los mexicanos, y desde que asumió el poder otorgó a las agencias federales amplias facultades para deportar a casi todos los 11 millones de indocumentados.
Su propuesta económica también fue crucial en su victoria en las presidenciales.
El mandatario ha mostrado su voluntad de acabar con tratados comerciales internacionales a los que acusa de robar empleos en Estados Unidos.
Los legisladores y el país estarán atentos a los detalles sobre su plan para reconstruir la decaída infraestructura de Estados Unidos, y sobre sus prometidas reformas de los impuestos y la salud.
Pero el asunto es delicado: el desmantelamiento del sistema de salud pública heredado de Barack Obama (Obamacare) podría dejar unos 20 millones de personas sin cobertura médica, un escenario que atormenta a los congresistas republicanos.
En las últimas semanas, legisladores republicanos que realizaron audiencias en sus distritos electorales sufrieron en carne propia la furia de los electores ante la posibilidad de que el gobierno desmonte el Obamacare sin ofrecer una alternativa.
Trump hablará en un territorio favorable, ya que el Partido Republicano controla las dos cámaras, pero las tensiones entre los dos poderes suben de nivel por la propuesta de Trump para el presupuesto del año próximo, que dijo, estará basado en la “seguridad nacional”.
La Casa Blanca anunció el lunes que Trump propone un aumento de 54.000 millones de dólares en la partida destinada a los gastos militares, lo que obligaría necesariamente a un recorte en otras áreas como protección ambiental, el aparato diplomático y los planes de ayuda internacional.
“Vamos a tener que gastar más dinero en el sector militar. Realmente tenemos que hacerlo. No tenemos opción”, dijo Trump a FoxNews.
En 615.000 millones de dólares, el presupuesto militar de Estados Unidos, es el mayor del mundo y representa casi el triple del de China, la segunda potencia.
– ‘Dreamer’ responde –
El presidente y la primera dama invitaron al Congreso a dos viudas de policías californianos abatidos en 2014 por un inmigrante clandestino, una decisión que simboliza la línea dura adoptada por la nueva administración contra la inmigración ilegal. En años precedentes Barack Obama había invitado a migrantes indocumentados.
A la inversa, legisladores demócratas invitaron a Hameed Darweesh, un iraquí detenido en el aeropuerto JFK de Nueva York el mismo día que se ponía en vigor un decreto de Trump que cerraba las fronteras a refugiados y ciudadanos de siete países musulmanes, luego suspendido por la justicia.
En otro gesto simbólico, Astrid Silva, una activista del estado de Nevada e inmigrante indocumentada, pronunciará la respuesta en español del partido Demócrata al discurso de Trump.
Silva es una ‘dreamer’, en alusión a los jóvenes que llegaron ilegalmente al país cuando eran niños, y que están protegidos de la deportación mediante la iniciativa DACA, al que también Trump prometió poner fin durante su campaña.