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China ha logrado en menos de medio siglo lo que a muchos países les ha tomado siglos: erradicar la pobreza extrema a gran escala y convertirse en la segunda economía más poderosa del planeta. Este fenómeno fue analizado por el experto en finanzas, Eduardo Torreblanca durante su participación en MVS Noticias con Manuel López San Martín.
"En 1975, el 84% de la población china estaba en pobreza o pobreza extrema. Hoy, solo el 3% de su población rural vive en pobreza", destacó Torreblanca, subrayando el cambio radical que ha vivido el país asiático en tan solo unas décadas.
Las reformas de 1978: el punto de quiebre
Todo comenzó con las reformas económicas impulsadas por Deng Xiaoping en 1978, que permitieron la apertura de 45 zonas económicas exclusivas. Estas zonas fueron claves para incentivar la inversión extranjera, fomentar el empleo y apostar por la innovación tecnológica.
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"En menos de 50 años, China logró convertir a 400 millones de personas en clase media", apuntó Torreblanca. “Quien nació hace 50 años seguramente estaba en pobreza o pobreza extrema, y hoy es clase media potente”.
Del 1% al dominio del comercio global
El avance de China en el escenario global es contundente. En 1980 tenía apenas un 1% de participación en el comercio mundial. Hoy, es el principal socio comercial de 105 de las 150 naciones con mayor intercambio internacional.
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“China solita explica el 25% del déficit comercial de Estados Unidos”, señaló Torreblanca, explicando que muchos de esos productos son estratégicos, como componentes electrónicos o celulares, en particular los de la marca Apple.
El impacto de China en México también es notable. “Nos vende 110 mil millones de dólares anuales, y México no le vende más de 19 mil millones”, explicó. Este desequilibrio podría llevar a ajustes en la relación comercial, especialmente con la presión de figuras como Donald Trump.
Trump, quien recientemente impuso aranceles del 145% a productos chinos, ha puesto nuevamente al gigante asiático en el centro de la atención internacional.
China se mantiene como una paradoja viva: un sistema político autoritario y socialista, con una economía orientada al mercado. “Convirtió en potencial su principal inconveniente, que era el exceso de mano de obra. Supo cómo hacerlo, lo hizo bien”, destacó Torreblanca.
