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En entrevista para MVS Noticias para Manuel López San Martín, Eduardo Torreblanca, experto en economía, habló sobre que Diputados aprobaron una reforma que prohíbe el cultivo de maíz amarillo.
Torreblanca explicó que el debate sobre el maíz amarillo no es nuevo. “El Presidente de la República emitió un decreto a finales de 2020, si la memoria no me engaña, en el cual se prohíbe la importación de maíz amarillo y, por supuesto, la siembra de esa variedad de maíz transgénico en territorio nacional para consumo humano”, recordó.
¿De qué trata la reforma que prohíbe el cultivo de maíz amarillo?
A pesar de la prohibición, Torreblanca reveló que el maíz amarillo sigue siendo importado para otros usos. “El maíz amarillo se sigue importando en el país para consumo animal y para usos industriales. Para evitar que ese maíz importado pudiera contaminar las variedades criollas, algunos diputados de Morena están impulsando una iniciativa para que se prohíba la importación del grano completo de maíz”, explicó.
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La propuesta en discusión implica que el maíz se pueda importar solo si llega en forma de trozos o triturado. Torreblanca destacó las implicaciones económicas de esta medida. “Lo que quieren es evitar contaminaciones permitiendo que se importe solo maíz trozado, es decir, triturado. Ese maíz se puede seguir importando, pero siempre y cuando venga en trozos quebrados”, precisó.
¿Cuáles serían los costos por esta iniciativa?
El experto advirtió que el proceso de trozado del maíz no es barato. “El asunto de quebrar el maíz amarillo implica un sobrecosto significativo, porque el proceso de quiebre tiene un costo de 8 dólares por cada tonelada que se importa. Así, por cada una de las 23 millones de toneladas que se importan, los importadores tendrían que pagar 8 dólares más por tonelada”, detalló Torreblanca.
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Además, el economista destacó los costos adicionales asociados al almacenamiento y manejo del maíz trozado. “El almacenamiento del maíz trozado es más costoso debido a las especificaciones adicionales que requiere. Al ser trozado, puede ser más susceptible a la contaminación, lo que eleva los costos de manejo y almacenamiento”, afirmó Torreblanca.
Finalmente, Torreblanca advirtió que estos costos adicionales podrían trasladarse al consumidor. “Si se autorizan los cambios propuestos por los legisladores, esto podría resultar en un aumento en los precios de la carne, el pescado y el pollo”, concluyó.