Volvemos al año 2015, cuando los cines tenían sus butacas al tope de gente, en espera para poder ver la nueva película de James Bond “007: Spectre”, la cual se estrenó el 2 de noviembre.
La capital de nuestro país formó parte de las escenas más impresionantes de toda la cinta; un desfile del Día de Muertos, con miles de personas portando disfraces alusivos a la festividad, en específico catrinas y catrines.
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Desde ese momento, el mundo volteó a ver a México, ya que en muchos países les era desconocido que en nuestra tierra existiera una tradición que honrara a los muertos.
Todavía en el mandato de Enrique Peña Nieto, las autoridades optaron por retomar la propuesta cinematográfica del director Sam Mandes, al darse cuenta que su impacto había trascendido la pantalla grande.
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No teníamos desfile del Día de Muertos hasta que llegó James Bond
A partir de 2016, en México ya se lleva a cabo un desfile del Día de Muertos (aspecto que no existía hasta la llegada de “007: Spectre).
En esta película número 24, donde Daniel Craig encarna al agente James Bond; la calle de Tacuba en el Centro Histórico fue la primera en destacar en el rodaje, exactamente en el edificio #12, donde después de mostrar la arquitectura y regocijo de la gente, la cámara sigue a nuestro protagonista hasta que entra al Gran Hotel de la Ciudad de México.
¿Y por qué tiene que venir otro país a resignificar las tradiciones mexicanas?
Cuando se empezaron a hacer los desfiles del Día de Muertos en nuestro país, surgieron todo tipo de análisis entorno a este fenómeno originado por James Bond, ya que Estados Unidos volvió a tener mayor peso—una vez más— en nuestra cultura, con una tradición que nos ha acompañado durante años.