Jenni Rivera se comunica con su familia tras su fallecimiento, asegura su hermana

La hermana de la cantante señaló que su hija Samantha Chay tuvo una experiencia con la fallecida cantante.

Escrito en ENTRETENIMIENTO el

A más de cinco años de su muerte, la cantante Jenni Rivera continúa comunicándose con su familia a través de diversas manifestaciones, aseguró su hermana Rosie.

“Días antes de que Jenni se fuera, discutimos acerca de la muerte. Ella decía que las personas que mueren siguen aquí de alguna manera y se comunican con nosotros. Yo le respondí que no creía en eso y le aclaraba: ‘No hermana, cuando la gente se muere se va al paraíso y ya, no vuelve’. Pero Jenni insistía en que hay algo más”, relató Rosie.

Afirmó que lo comprobó el 13 de diciembre de 2012 cuando los fans de la llamada “Diva de la Banda” llegaron a casa de su madre para colocar en un árbol y en honor de la cantante, infinidad de flores, tequila, rosarios y fotos.

Mi hermano Juan y yo estábamos en el jardín sin decir una palabra, pues estábamos destrozados por dentro. De repente vino un olor, era el perfume de Jenni, el que usaba siempre, pero no había nadie alrededor. En ese momento pensé que yo estaba loca hasta que mi hermano me preguntó: ‘¿Oliste eso?’.

“Fue como si ella hubiera pasado frente a nosotros para decirnos que está bien. Sé que Jenni está en el paraíso y que está descansando porque dos semanas antes de irse se reconcilió con Jesús; sin embargo, creo que se manifestó así para darnos fuerza. Son señales de esperanza que Dios nos manda”, subrayó en entrevista con Notimex.

Rosie compartió también que hace poco su hija Samantha Chay tuvo una experiencia con la cantante.

“Sammy nunca la conoció porque yo estaba embarazada cuando ella falleció. Le puse Chay en honor a mi hermana, pues así le decía. El caso es que mi hija y ella tienen muchas cosas similares. En una ocasión, Sammy se levantó cantando muy bonito y yo le pregunté: ‘¿quién te enseñó a cantar?’, y me respondió que su tía Chay.

“Me dijo: ‘La soñé, mamá. Ella estaba en un escenario y se veía muy bonita con su cabello esponjado, su vestido y cuando estaba cantando, me dio el micrófono para que yo cantara’. Cuando oí eso, me llené de alegría porque mi hija tuvo ese momento con ella y una niña de cuatro años no puede inventar eso”.

Para Rosie, ese tipo de manifestaciones no tienen explicación. “Yo creo en Dios y no son cosas que yo piense que existen, pero suceden y lo hace para decirnos que está bien donde quiera que esté y que nos está cuidando”.