Tras el contundente triunfo de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos, surgen ciertas incógnitas con respecto a su forma de gobernar y cuál será el impacto en la economía en México, por ejemplo, en la industria de los autos eléctricos, dado que hace algunos meses, el republicano criticó la llegada del sector automotriz chino a nuestro país.
Durante su campaña, el empresario estadounidense repitió en sus discursos la promesa de que durante su mandato aplicaría aranceles a los autos importados de otros países y con ello obligaría a la industria a instalarse nuevamente en Estados Unidos para generar empleos y pagar impuestos.
“Están sucediendo cosas malas. Algo realmente malo está pasando allá en México. China está construyendo enormes plantas de automóviles. Van a dejar sin trabajo al UAW. Las están construyendo en México para fabricar autos para venderlos en Estados Unidos, ¿qué ganamos con esto?”, declaró el entonces candidato ante la Convención Republicana, el pasado 18 de julio.
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De este modo, Donald Trump prometió apoyar la industria automotriz estadounidense, brindar “recortes impositivos masivos” para los trabajadores, incluida una exención de impuestos sobre las propinas y de ser necesario imponer aranceles de hasta un 200 por ciento a cada automóvil para evitar que ingresen al país.
Uno de los efectos a los aranceles que propone el candidato electo de EU es que las empresas fabricantes de autos decidan no instalarse en México, tal y como ocurrió con Tesla, que decidió suspender la construcción de su planta en Nuevo León, alegando que no tenía sentido invertir por el pago de aranceles.
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¿Qué pasará con la industria automotriz china en México y el T-MEC?
Con el triunfo de Donald Trump, el gobierno de México, a cargo de la presidenta Claudia Sheinbaum, deberá renegociar las condiciones en las que operarán las plantas chinas, que en los últimos tiempos se fortalecieron en los mercados internacionales.
Faltan dos años para la revisión del T-MEC, sin embargo, México debe poner atención en el programa de incentivos que tendrá para seguir manteniendo inversiones, incluyendo la China; y es que desde hace años, estos empresarios eligen nuestro país para aprovechar las reglas comerciales de Norteamérica y de este modo comercializar sus productos en EU a precios menores.
No obstante, a medida que los vehículos eléctricos chinos salen a la venta en todo el país, los autos de estas mismas características, pero estadunidenses les cuesta trabajo competir contra los precios bajos de la industria china, por lo que optan por cerrar las fábricas, generando la pérdida de empleos, algo que Donald Trump promete detener a toda costa.