La empresa inmobiliario china Evergrande preocupa a los mercados globales, los cuales se encuentran a la expectativa ante el reconocimiento de que enfrenta problemas de liquidez que podrían desatar una nueva crisis.
Los problemas de liquidez que enfrenta la empresa y el miedo a que se extiendan a otras empresas del sector y a las entidades financieras está bajo la lupa de preocupaciones de los inversores.
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Los inversionistas temen que Evergrande, la segunda mayor promotora inmobiliaria de China, suspenda pagos, lo que se suma a la preocupación de los mercados mundiales por los nervios a la desaceleración de la economía, especialmente por la expansión de la variante delta del coronavirus y que los bancos centrales empiecen a retirar los estímulos monetarios.
¿Qué es Evergrande?
Actualmente, Evergrande es el segundo promotor inmobiliario más grande de China.
Fue fundada en 1996 en la sureña ciudad de Cantón y se ha especializado en la compra de terrenos a crédito.
Con los años aceleró su crecimiento hasta convertirse en el segundo promotor inmobiliario de China, con ventas por 110 mil millones de dólares.
Tiene más de mil 300 desarrollos inmobiliarios en toda China, muchos de ellos en ciudades de segundo orden, que son las que tienen las mayores tasas de crecimiento.
Salió a bolsa en Hong Kong en 2009, con lo que aumentó su acceso a los mercados de capitales y de deuda, con lo que sus activos suman 355 mil millones de dólares.
¿En puerta una nueva crisis?
La sombra de la crisis inmobiliaria que generó una crisis financiera global en 2008 están presentes.
Sin embargo, aunque analistas dudan del impacto que una eventual quiebra de Evergrande pudiera tener fuera de China, se dan algunas alertas.
Pese a esta visión, el desplome de la inmobiliaria en la bolsa de Hong Kong, donde este lunes se desplomó más del 10 %, ya ha afectado a los mercados de todo el mundo.
¿Por qué preocupa su deuda?
Todo iba aparentemente bien hasta que en septiembre del año pasado, los inversores empezaron a preocuparse porque se filtró una carta que mostraba que Evergrande había solicitado el apoyo del Gobierno para aprobar un plan de salida a bolsa que fue descartado.
De ahí se advirtió que la empresa enfrentaba a una crisis de liquidez.
Las alarmas saltaron cuando en junio pasado Evergrande admitió que no había pagado a tiempo algunos pagarés, y que en julio un tribunal chino congeló un depósito bancario de 20 millones de dólares por petición del Guangfa Bank.
La empresa ha crecido con deuda y ha obtenido préstamos de forma agresiva para respaldar compras de terrenos y ha vendido apartamentos rápidamente, a pesar de los bajos márgenes, para volver a iniciar el ciclo.
Para los mercado globales, Evergrande se ha convertido, no en una amenaza, pero sí en un factor de preocupación ante una posible crisis.