CAFÉ Y CAFEÍNA

El café y la cafeína

Se dice que en un lugar montañoso de ese vasto territorio llamado Kaffa, los seres humanos comenzaron a tomar café

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Café / IlustraciónCréditos: Pixabay
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24 Ene 23 El café y la cafeína

La historia que voy a contarte comienza hace cientos de años en Abisinia, un antiguo reino africano del actual territorio de Etiopía.

Se dice que en un lugar montañoso de ese vasto territorio llamado Kaffa, los seres humanos comenzaron a tomar café. Según la leyenda, el descubrimiento lo hizo un joven pastor de cabras que observó que sus animales se llenaban de energía y vitalidad después de comer los frutos rojos de unos arbustos que crecían en estado silvestre.

El pastor probó comer esas bayas y fue presa del mismo entusiasmo. Compartió el hallazgo y pronto su tribu encontró la manera de consumir como bebida esos frutos, que no eran otra cosa que lo que ahora conocemos como “cerezas del café”, es decir, el fruto del cafeto que contiene los granos.

El uso del café se extendió por todo el Medio Oriente y hacia el siglo XV su consumo ya era muy amplio. En Europa se conoció en el siglo XVI a través de las embajadas turcas y fue muy bien recibido. Al Continente Americano llegó con la conquista europea, y encontró climas muy propicios para su cultivo.

Como puedes ver, el café tiene historia y forma parte importante de nuestra cultura.

Actualmente es una bebida enormemente popular, sabrosa y llena de significados, pero también es un estimulante que debemos aprender a conocer para no excedernos en su uso.

El componente activo del café es la cafeína, descubierta a principios del siglo XIX por el químico alemán Friedlieb Ferdinand Runge. Pero, ¿sabes cómo funciona la cafeína y por qué la usamos para mantenernos despiertos?

La cafeína actúa sobre la adenosina, una sustancia que produce nuestro cuerpo durante la vigilia. El cerebro comienza a producirla desde que despertamos, se acumula progresivamente y es la encargada de generar somnolencia en el momento en que debemos dormir.

Lo que hace la cafeína es que “enmascara” los efectos de la adenosina y es por ello que nos permite estar alertas y despiertos por más tiempo.

Sin embargo, para no alterar el ciclo de sueño debemos aprender que la cafeína tiene un promedio de acción en nuestro cuerpo de entre cinco y siete horas, por lo que no conviene consumirla cuando se acerca el momento de descansar.

Ahora bien, no todos eliminamos la cafeína a la misma velocidad y este ritmo se modifica con la edad, por lo hay que identificar cuál es la respuesta de nuestro organismo frente a ella,

Lo que sí hay que evitar es mantenernos despiertos de forma artificial por medio de la cafeína, como suele hacerse cuando debemos terminar un trabajo o conducir por la noche.

Como te expliqué hace un momento, la cafeína solo “enmascara” la adenosina, pero no la elimina y ésta sigue acumulándose sin que el cerebro identifique esa “marca creciente”. Creamos una especie de “muro de cafeína” que detiene la percepción, pero la adenosina termina por cumplir su función y esto provoca una suerte de “rebote de cafeína” con un mayor cansancio y la imposibilidad de mantenernos despiertos.

Piensa en ello y considera también que la cafeína está presente en muchos productos: tés, chocolates, bebidas energizantes y algunos analgésicos y medicamentos para control del peso,

Vale la pena hacernos conscientes de ello para mantener el equilibrio y gozar el café de la mejor manera.

Conocer para disfrutar, sin efectos indeseables.  

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